03 octubre 2010

Con la deuda española la banca gana.


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La banca española ha sabido sacar tajada de la crisis de la deuda soberana que ha afectado a los países más indisciplinados desde el punto de vista fiscal, como España. Han hecho caja con la venta de bonos españoles por importe neto de 18.540 millones de euros desde finales de junio a finales de agosto, según datos del Tesoro que se hicieron públicos ayer.

Bancos y cajas aumentaron su exposición de forma considerable durante los meses de mayores turbulencias (el saldo alcanzó un récord de 155.614 millones a finales de mayo), en un momento en el que se disparaban las rentabilidades por el repunte del riesgo país. Y después rebajaron su exposición de forma considerable, una vez que se calmaron los nervios del mercado. “Han comprado bonos baratos y han vendido caros”, explica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

En total, el saldo en manos de las entidades españolas ha caído de junio a agosto un 11,91%, hasta los 137.074 millones, el mínimo desde septiembre de 2009. Este importe representa el 28,44% del saldo vivo total de deuda, que aumentó en agosto hasta los 482.028 millones de euros. “Las entidades españolas han decidido soltar papel por el rally registrado por los bonos españoles”, explican en una entidad española que se encuentra entre los mayores compradores de deuda pública española.

El rendimiento de la deuda se comporta de forma inversa al precio y a mediados de junio el del bono a diez años llegó a superar el 4,88%, cuando se llegó a poner en duda que el Tesoro español fuera capaz de refinanciar los elevados vencimientos de deuda que debía afrontar en julio. Sin embargo, la publicación de los test de estrés de la banca el 23 de julio atemperó los nervios de los inversores y la rentabilidad llegó a caer por debajo del 4%.

Jugosas plusvalías
Pese a que es complicado calcular las plusvalías que ha podido obtener la banca con esta estrategia, debido a que habría que tener en cuenta el interés de cada bono así como el momento en el que se compró y se vendió, “es bastante probable que se vea ya un impacto positivo en las cuentas de resultados que se presentarán en el tercer trimestre”, añaden las mismas fuentes.

La banca española rompe así una tendencia que comenzó con el estallido de las hipotecas subprime en verano de 2007. Desde entonces, el apoyo del sector al Estado en su carrera por financiar el elevado déficit público ha sido trascendental. A finales de ese año, el saldo vivo de deuda pública en manos de las entidad españolas se situaba en 81.444 millones, por lo que casi se ha duplicado.

Las tensiones sobre la deuda pública han reaparecido esta semana, después de que Moody’s decidiera sacar a España de la selecta lista de países con el máximo ráting o triple A. El riesgo país o diferencial del bono español y el alemán a diez años llegó a acercarse de nuevo esta semana a los 200 puntos básicos –a mediados de junio llegó a superar los 200 puntos básicos–. Habrá que ver si los inversores extranjeros mantienen el apetito mostrado por los títulos españoles desde junio.

El respaldo del inversor foráneo
Los inversores extranjeros han presentado la tendencia contraria al sector financiero español. Durante los meses de mayores tensiones redujeron de forma considerable su exposición a la deuda pública española, hasta alcanzar los 206.443 millones a finales de mayo.

Sin embargo, desde junio han vuelto a adquirir títulos. “Los grandes inversores extranjeros han vuelto a lanzar importantes órdenes de compra”, indican en un banco creador de mercado de deuda pública. En agosto, el saldo de deuda pública en manos de los inversores foráneos subió hasta los 220.543 millones y tienen ya el 45,75% del total de deuda.

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