31 enero 2011

¿Están preocupados los poderosos por alimentar al resto del mundo?

Garantizar el suministro de alimentos es para los gobiernos una tarea casi tan importante como la defensa nacional. Por tanto, cuando suben los precios, la provisión alimentaria se convierte en una prioridad política.

O al menos así parece. El pasado 24 de enero, un alto cargo científico del Gobierno británico afirmó que “es imperativa una reacción urgente al sistema global de suministro de alimentos”. Lo dijo durante la presentación de un informe suscrito por cientos de científicos que concluía con una “alarma sin paliativos tanto para las autoridades presentes y futuras sobre las consecuencias de una inacción; el sistema de producción de alimentos debe encabezar las agendas políticas de todo el mundo”.

Los políticos aseguran que están dispuesto a ello. “Si no hacemos nada”, afirmaba el mismo día el presidente francés, Nicolas Sarkozy, “corremos el riesgo de revueltas en los países más pobres y consecuencias muy negativas en el crecimiento económico mundial”.

Las empresas también se muestran receptivas. Durante la reunión de Davos, un grupo de compañías de la industria alimentaria proclamaron unánimemente: “El mundo necesita abordar la agricultura de otra forma”. Prometieron trabajar junto a granjeros y autoridades políticas para impulsar las exportaciones agrarias, reducir las emisiones contaminantes y rebajar la pobreza en las zonas rurales. Cada una de ellas un 20% al año, en una sorprendente coincidencia de previsiones.

No obstante, entre todo este ambiente de urgencia renovadora se esconde un gran miedo: que los políticos se muestren tan volátiles en el asunto alimentario como lo han hecho en ocasiones pasadas. Los primeros en decir que la alimentación mundial precisaba de más atención no fueron políticos, científicos o empresarios. Eran colaboradores humanitarios de la Gates Foundation, una organización dedicada a labores sanitarias. En 2006 comenzó a financiar investigaciones agrarias, mucho antes del alza de los precios.

“Nos dimos cuenta de que no podías mejorar asuntos de la salud sin antes solucionar los del hambre y la pobreza”, afirma Prabhu Pingali, miembro de la fundación.

En una reunión en Italia en 2009, los ocho países más ricos del planeta prometieron emplear 20.000 millones de euros (15.000 millones de euros) durante tres años para garantizar el desarrollo alimentario y agrario. Eso condujo a la creación en abril de 2010 del Programa Global de Agricultura y Seguridad Alimentaria (GAFSP, en sus siglas en inglés).

Los donantes prometieron 900 millones de dólares, más de la mitad de ellos provenientes de EEUU. Esas promesas representaban el intento de los países ricos por liderar una nueva revolución verde y combatir la pobreza en el mundo. Pero ahora ese proyecto está siendo cuestionado. Tras aumentar durante la segunda mitad de 2010, los precios de los alimentos han superado esta semana su máximo de 2008. Pero hasta la fecha, los políticos no han estado a la altura de las circunstancias.

En noviembre, veinte países pobres enviaron sus peticiones al GAFSP respecto a proyectos valorados en 1.000 millones de dólares. Sólo tres de ellos consiguieron algo, lo cual no fue ninguna sorpresa. EEUU sólo ha repartido 67 de los 475 millones prometidos. El Congreso ha bloqueado la solicitud del presidente de ampliar las partidas, y parece que ha sido torpedeado el intento de cambiar la naturaleza de las partidas estadounidenses contra el Sida para convertirlas en inversiones a largo plazo.

Dos docenas de agencias de cooperación alertaron recientemente a Obama del “gran riesgo” que supondría la eliminación del GAFSP. Otros países también están faltando a su palabra. Menos de un tercio de los 20.000 millones prometidos para desarrollo agrario son fondos nuevos, y gran parte de ellos aún no han llegado a su destino.

Otra de las grandes causas del aumento de los precios alimentarios es la prohibición de exportaciones. El G20 ha pedido a Rusia que estudia la manera de bloquear dichas prohibiciones. Pero Rusia es uno de los principales culpables. No sorprende demasiado que los científicos y los empresarios estén dando la alarma sobre la alimentación del mundo.

“Me gustaría creer que la agricultura es ahora una prioridad política”, afirma Dan Glickman, antiguo miembro del departamento agrario de EEUU. “Pero no lo creo. Necesitamos un liderazgo por parte de gobiernos, ONG y empresas privadas. Pero los grandes recursos proceden de los gobiernos, y eso ahora es muy complicado”, admite.

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29 enero 2011

¿Es la situación de la economía británica una advertencia para el resto del mundo?


No hace mucho, la economía británica era la envidia de las naciones del G-5. Tras eludir lo peor de la “gran recesión”, disfrutaba de un próspero repunte. Pero, de repente, hasta el gobernador del banco central admite que la tasa de inflación podría rebasar pronto el 5%; y el producto interior bruto se ha contraído en el último trimestre. De ser objeto de envidia, es posible que Reino Unido haya pasado ahora a tener la economía más débil de los países desarrollados.

La combinación de la inflación de los precios y del estancamiento del crecimiento es un reto para las autoridades británicas. En su última reunión, el comité de política monetaria del Banco de Inglaterra dio signos de que podría convertirse en la primera nación del G-5 en subir los tipos de interés. Pero esa discusión se desarrolló sin conocerse los últimos malos datos del PIB –que también suponen un elemento de presión para que el Gobierno limite sus planes de rebaja fiscal–.

¿Seguirá el resto del mundo a Reino Unido por esta senda descendente? Probablemente no. La espectacular devaluación de la libra esterlina en el segundo semestre de 2008 –de un 31% sobre una base ponderada por el comercio– fue un caso excepcional. El menor valor de la divisa ayudó a estimular las exportaciones británicas, limitando los problemas del país durante la recesión.

Pero la devaluación también se tradujo con rapidez en inflación a consecuencia del precio de las importaciones: casi un 16% a finales de 2008. Fue en este punto cuando la inflación británica, relativamente baja durante muchos años, superó las de la eurozona y EEUU. Puede que los efectos inflacionistas no hayan sido algo excepcional. Los miembros del Banco de Inglaterra que defienden los bajos tipos de interés aseguran, de forma convincente, que el repunte del precio de las importaciones elevó las expectativas de inflación británicas.

El debate es complejo, pero el resto del mundo puede consolarse pensando que los problemas británicos no auguran necesariamente una estanflación global. Advierten, sin embargo, de los peligros de la devaluación que, aunque suponga un estímulo para la actividad durante un tiempo, puede dejar un duradero legado de inflación. Aquellos países que intentan desesperadamente devaluar su moneda en la actual “guerra de divisas” harían bien en tomar nota.

The Financial Times Limited 2010. All Rights Reserved.

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Nuevos sistemas de búsqueda por Internet

¿Y si, en vez de preguntar a Google, utilizamos Internet para hacerlo directamente a expertos en cada materia? Aunque nadie discute el liderazgo del buscador cuando se trata de encontrar información, el desarrollo social de la Red abre la puerta a una nueva forma obtener respuestas, que complementa a los algoritmos de los motores de búsqueda o a la Wikipedia.

Los sitios online de preguntas y respuestas no son una novedad. Pero, últimamente, hay propuestas que avanzan en la idea de crear redes sociales de conocimiento que se puedan consultar y alimentar fácilmente.

La favorita es Quora. Esta joven start-up estadounidense, fundada por dos exFacebook, Adam D’Angelo y Charlie Cheever, lanzó su servicio de preguntas y respuestas en junio de 2010. Tras la ronda de marzo, estaba valorada en 86 millones de dólares.

Su punto fuerte son las cuestiones sobre tecnología, con debates, por ejemplo, acerca de por qué Google no triunfa en las redes sociales, o qué podemos esperar del iPad2. Sin embargo, también se lanzan preguntas como cuál es el mejor restaurante vasco de Madrid o cuál es la mejor biografía de los Beatles.

Funcionamiento
A pesar de que sólo se puede utilizar con invitación, en las últimas semanas, está creciendo a un ritmo vertiginoso. Se estima que, hasta la fecha, se han dado de alta 400.000 personas. Una vez registrado, el usuario puede elegir estar al día con temas y preguntas de su interés y, al estilo Twitter, seguir la actividad de otros miembros, con quienes puede intercambiar mensajes.

El internauta puede hacer cualquier pregunta (de momento sólo en inglés) o buscar si ya ha sido contestada con anterioridad. El sistema le permite indicar si encuentra o no útil la respuesta, añadir comentarios o sugerir editarla si hay errores.

Una de las dudas es si Quora, que destaca por la calidad de su contenido (especialmente en cuestiones tecnológicas, donde responde gente como Steve Case, el fundador de AOL), puede mantener este nivel conforme crece el número de usuarios. El problema de muchos de estos sitios es que derivan en una colección de preguntas y respuestas a la cual más peregrina.

Para los más críticos, es cuestión de tiempo que explote la burbuja alrededor de Quora, que ha acaparado un enorme interés en los medios técnicos. En este segmento, hay más de una decena de sitios de preguntas y respuestas, como Yahoo! Answers, Formspring, Stack Overflow o Mahalo Answers.

Movimientos
También los gigantes mueven ficha. Google adquirió hace un año Aardvark por 50 millones de dólares. Con anterioridad, tuvo su propio servicio, Google Answers, que fracasó al proponer un sistema de pago, mientras que su competidor Yahoo! Answers era gratuito.

Facebook, consciente de que mucha gente ya utilizaba la red social para preguntar a sus amigos, lanzó en julio, para un grupo limitado, Facebook Questions, que permite lanzar cuestiones a toda la comunidad de usuarios. En España, se lanzó Chaxpert en noviembre, que aúna un buscador semántico con tecnologías sociales. Permite al usuario elegir el experto que desea que le conteste, con quien puede establecer un chat en tiempo real.

Alternativas de preguntas y respuestas
Quora
Creado por dos exFacebook, sólo se puede acceder con invitación. Se pueden seguir temas y preguntas de interés, así como a otros usuarios. Sólo se puede preguntar y contestar en inglés.

Yahoo!
Yahoo! Answers es el servicio de preguntas y respuestas más conocido. Lanzado en diciembre de 2005, tiene versión en español y más de 100 millones de usuarios en todo el mundo.

Answers
Este sitio acumula ya una base de más de 10 millones de respuestas y una comunidad de 5,5 millones de usuarios. En noviembre de 2006, compró WikiAnswers. Está disponible en español.

Facebook
En julio, la compañía lanzó Facebook Questions, una utilidad en versión de prueba y limitada a un grupo de usuarios que permite preguntar a toda la comunidad de la red social.

Twitter
También ha mostrado su interés en este segmento tras incorporar a la plantilla de Fluther, un servicio que combina las redes sociales con la fórmula de preguntas y respuestas.

Google
En diciembre de 2006 cerró su servicio de pago Google Answers. En febrero de 2010, compró Aardvark, una web que propone enviar las preguntas a los expertos en cada materia.

Stack Overflow
Ha crecido un 131% el último año, y ya cuenta con 16 millones de visitantes únicos. Espera poder impulsarse en los próximos meses a un ritmo del 51%.

Chaxpert
Este proyecto español aúna un buscador semántico con tecnologías sociales. Permite al usuario elegir qué experto quiere que le conteste, con quien puede establecer un chat.

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Venezuela lanza una "bolsa socialista"


La Bolsa Pública de Valores Bicentenaria de Venezuela comenzó el miércoles sus operaciones, mientras el presidente Hugo Chávez dijo que la "bolsa socialista" ayudará a los inversores minoristas del país.

Anunciado en noviembre, el sistema es parte del plan de Chávez para crear un mecanismo que ayudará a financiar las empresas locales. Pero los analistas esperan que el mercado se convierta con el correr del tiempo en otro vehículo para distribuir dólares en un país donde el acceso a la divisa es férreamente regulado.

Es de particular interés, y fuente de confusión, la forma en que la estatal Petróleos de Venezuela, o PDVSA, participará en la bolsa.

Este mes, PDVSA fue autorizada por el Gobierno a colocar hasta 6.000 millones de dólares en bonos, algunos de los cuales llegarían a la bolsa local. Pocos detalles han emergido sobre si la empresa colocará los bonos en la bolsa en moneda local o si venderá valores denominados en dólares.

Los venezolanos se abalanzaron sobre los bonos de PDVSA como una forma de hacerse de dólares, luego de una serie de adquisiciones gubernamentales durante los últimos años, estrictos controles al capital y las tasas de interés, y el establecimiento de una bolsa estatal, que desmanteló la mayor parte de los mercados de capital del país.

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13 enero 2011

Cómo sacarle el jugo a las predicciones (equivocadas) de los analistas

Cada enero, hordas de expertos generosamente remunerados intentan predecir lo que la economía y los mercados van a hacer en el año que comienza. A medida que avanza el año, casi todos los pronósticos resultan ser erróneos.

Aquí, esperamos ofrecer algo diferente: una hoja de ruta que indica cómo darle un uso práctico a esas predicciones, incluso cuando usted sospecha que están equivocadas. Tomados juntos, los pronósticos pueden señalar al mejor o al peor de los desenlaces que uno puede esperar en un año determinado- y cuán confiado (o desconfiado) debería estar.

Hacer pronósticos es algo tan viejo como los propios mercados. Registros de la antigua Mesopotamia, de acuerdo con investigaciones de la historiadora Alice Louise Slotsky, están llenos de referencias a presagios que se creía que predecían los precios de las commodities, como que "el cuervo indica un mercado estable".

Prácticamente desde entonces, los expertos han estado produciendo pronósticos, y errando. Piense en el año pasado, cuando se decía que los indicadores técnicos llamados "el presagio Hindenburg" o la "cruz de la muerte" decían que las acciones iban a quebrar. Se esperaba que el mercado de valores chino fuese a seguir su "boom" y una recaída en la recesión de Estados Unidos les parecía probable a muchos expertos del mercado. Hasta ahora, por lo menos, ninguna de esas cosas ha ocurrido.

Si los pronósticos están en lo cierto este año, las acciones estadounidenses van a subir aproximadamente el 10%, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU a 10 años rondarán el 3%, la inflación va a estar un poco debajo del 2% y la economía se expandirá alrededor del 3%. Sin embargo, sería ingenuo pensar que usted podría hacer sus apuestas siguiendo al pie de la letra esas predicciones.

¿Por qué gente con años de experiencia, conocimiento masivo y montañas de datos a su disposición tan frecuentemente se equivoca respecto al futuro?

Primero que nada, el futuro es el reino de las sorpresas; nadie, no importa cuán experto, puede predecir de forma fiable lo que va a pasar y cómo va a reaccionar la gente ante ello. Como el economista Friederich von Hayek, dijo en su conferencia "La pretensión del conocimiento" cuando ganó el premio Nobel de Economía en 1974, "en el estudio de un fenómeno tan complejo como el mercado, que depende de la acción de muchos individuos, todas las circunstancias que determinarán el desenlace de un proceso difícilmente serán totalmente conocidas o medidas".

Los pronósticos también se equivocan porque tienden a ser demasiado tímidos o demasiado extremos. Para un pronosticador, tiene poco sentido diferir levemente de la predicción sobre la que hay consenso. A nadie lo despiden por estar en la mitad de la manada, ni reciben los pronosticadores mucho crédito por estar un poquito menos equivocados que sus pares. Si un pronosticador se va a desviar del promedio, pues mejor que lo haga del todo.

Por lo tanto, mientras que la mayoría de los expertos tienden a agruparse en torno a un consenso seguro, unos pocos apuestan al arriesgado pero potencialmente lucrativo terreno de hacer predicciones extremadamente pesimistas u optimistas. Si resultan ser correctas, su precisión parecerá milagrosa y serán famosos: si resultan ser equivocadas, la mayoría de la gente lo olvidará.

No debe sorprendernos entonces que siempre parezca haber un analista con un toque mágico. Casi un cuarto de siglo después de que las acciones de Estados Unidos cayeran más del 20% en octubre de 1987, mucha gente todavía recuerda a Elaine Garzarelli por haber "predicho" el colapso del mercado, incluso aunque su trayectoria posterior haya sido mixta. Más recientemente, el economista Nouriel Roubini y la analista de bancos Meredith Whitney advirtieron del colapso financiero, pero no se sabe si sus más recientes predicciones darán en el blanco.

Otro problema: los expertos son inconsistentes en cuanto a la forma en que analizan datos complejos. Cuando se les presenta información similar en diferentes momentos, llegan a conclusiones drásticamente divergentes. Se sabe desde por lo menos 1954 -aunque casi nunca se ha publicitado en Wall Street- que un modelo de ordenador que imita el método de predicción que un analista dice que usa será más exacto que el propio pronosticador. Esto es porque los expertos saben lo que es importante, pero muy frecuentemente hacen cambios subjetivos al énfasis que ponen en varios factores.

Como los cocineros que se equivocan por cambiar recetas que ya dan resultado, los analistas se derrotan a sí mismos al hacer demasiados "ligeros ajustes". Un estudio encontró que un modelo de ordenador sin cambios con respecto a las predicciones de los analistas de acciones sobre ganancias futuras acertó más que los propios expertos el 72% de las ocasiones. Y en un informe la semana pasada, David Bloom, un estratega de divisas de HSBC de Londres, criticó a los analistas por ser "incoherentes" tras volverse optimistas respecto al euro simplemente porque subió recientemente.

Por lo tanto, los expertos del mercado no solamente pasan por alto las enormes sorpresas que nadie puede predecir; también tienden a sobrecompensar las pequeñas. "Los analistas quedan atrapados en lo que llamo "corrientitis", por la cual uno ve un número que no esperaba, cree que se debe haber perdido algo, y entonces terminan perdiendo moviéndose de un lado al otro, siguiendo el compás de los datos más recientes".

Sume todo- o reste todo- y es claro que debería acercarse a las predicciones financieras con incluso más cautela de lo que se había dado cuenta.

Pero también puede hacer uso de esos pronósticos. Aquí está cómo:

No apueste con un año de anticipación.

Los pronósticos son más exactos en el corto que en el largo plazo. La Reserva Federal de Filadelfia, que realiza la Encuesta de Pronosticadores Profesionales, mantiene una base de datos de décadas de pronósticos promedio e individuales de docenas de expertos sobre un amplio espectro de variables económicas y financieras.

Cuando se trata de predecir variables tales como la inflación, el desempleo y el crecimiento económico (medido por el cambio de producto bruto interno real), la encuesta es considerablemente más exacta que la simple extrapolación de la más reciente tendencia, pero solamente por uno o dos trimestres. En los siguientes meses, la exactitud de la mayoría de los pronósticos caen muy rápidamente, de acuerdo con investigaciones de Tom Stark, que administra este base de datos de Filadelfia y otros investigadores.

Con una anticipación de un año, los pronósticos de los expertos pierden casi toda su validez por la simple extrapolación de las tendencias recientes.

Acepte el error

Cuando son confrontados con los pronósticos, las personas sin un doctorado en Economía tienden a verlos como muy precisos, dice Stark. "La gente no entiende la enorme cantidad de incertidumbre que está implícita en los vaticinios", explica.

El pronóstico promedio sobre inicio de construcción de viviendas s en 2011, por ejemplo, calcula que se llegará a una tasa anual de 700.000 unidades nuevas para finales de año, por encima de las 554.000 calculadas en 2010. Pero, basándose en la pasada precisión de los pronósticos históricos recopilados por la Fed de Filadelfia, puede estar seguro en un 80% que el resultado real se ubicará entre 400.000 y un millón. Esto significa que sería sabio esperar una sorpresa, ya sea hacia arriba o hacia abajo.

Mientras tanto, el pronóstico de consenso para el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años es de 3,25% para finales de este año. Basándose en los niveles históricos de errores, sin embargo, todo lo que un consumidor prudente de pronósticos debería concluir es que hay aproximadamente un 80% de oportunidades de que el rendimiento del bono a 10 años termine el año en algún punto entre el 2% y el 4,5%. Esto, a su vez, implica que los precios de los bonos podrían subir tanto como el 9% o caer hasta el 10%.

De la misma forma, usted debería tener una alta incertidumbre respecto al rendimiento de los bonos de empresas que tienen grado de inversión. De acuerdo con los pronósticos pasados reunidos por la FED de Filadelfia, debería asumir que las posibilidades son en un 80% que los rendimientos de estos bonos- 4,9% a fines de 2010 – evolucionarán a entre 3,8% y 5,8% a fines de 2011. Esto sugiere que los precios de los bonos podrían o subir o caer aproximadamente 7%.

Esto no significa que estos pronósticos no tengan valor. Lejos de ello: viendo qué amplio es el margen de error es, uno puede ajustar sus propias expectativas para asegurarse que no toma una decisión con un exceso de confianza. Los inversores que gustan balancear sus apuestas, mientras tanto, pueden tener un mejor panorama de cuánta protección van a querer.

Antes de depender del pronóstico de cualquier variable, revise la página de "estadísticas de errores en pronósticos" del sitio web de la Fed de Filadelfia para ver cuán precisas han sido pasadas predicciones.

Escuche a los mercados.

"Si hay un mercado con muchos operadores, usted no debería creer que va a predecir mejor que ellos el comportamiento del mercado", dice J.Scott Armstrong, un profesor de la Wharton School y autor de "Principios para pronosticar".

El mercado bursátil puede parecer como un mal pronosticador para el futuro, hasta que lo compara con cualquiera de las alternativas. El S&P 500 tiende a pronosticar recesiones y recuperaciones bastante bien en el corto plazo, como hizo cuando comenzó a caer a finales de 2007 y otra vez con su fuerte alza en 2009. En las últimas semanas, los precios de las acciones sugieren que la economía continuará recuperándose en 2011.

El mercado de bonos también puede ser un buen indicador, si se lo compara con los pronósticos individuales. Ui-Wing Cheah y Mark Carhart, socios de Kepos Capital, una firma de gestión de activos en Nueva York, recientemente analizó varias técnicas comúnmente utilizadas para vaticinar los rendimientos de los bonos a 10 años. "La actual tasa para los títulos a 10 años", dice Carhart, "consistentemente da un muy buen pronóstico de la tasa futura". "Es difícil de derrotar", agrega.

El incremento en los rendimientos de los bonos del Tesoro en los últimos meses de menos del 2,5% al 3,4% sugiere que el período de bajos intereses puede estar en el pasado.

Aun así, esta forma de aprovechar el impulso de la ola es algo que es mejor dejarlo a los operadores. Si usted es un inversor a largo plazo, debería aceptar que los movimientos de corto plazo del mercado no son predecibles y que tiene poco sentido ajustar su cartera siguiéndolos. En la mayoría de los casos, los promedios a largo plazo de los rendimientos pasados -aunque distan de ser vaticinadores perfectos- son probablemente una mejor guía que los pronósticos a largo plazo de los futuros rendimientos.

Promedie muchos pronósticos diferentes.

Quizás la más poderosa herramienta para mejorar la calidad de las predicciones es simplemente combinar varios pronósticos de una variedad de fuentes independientes. En vez de confiar solamente en la Encuesta de Pronosticadores Profesionales o en el consenso de los economistas o estrategas de Wall Street, uno debería tener una red grande.

Los vaticinios de diferentes fuentes tienden a utilizar información variable y métodos divergentes, así que sus errores se compensan unos con otros. Para ver el porqué, dice Richard Larrick, un profesor de gerencia en la Universidad Duke, imagine dos pronósticos: uno dice que las acciones subirán el 20%, el otro que lo harán el 4%. Ahora imagine que las acciones en realidad suben el 12%. El primer pronóstico se excedió 8 puntos porcentuales. Al segundo le faltaron 8. Pero el promedio estaba correcto, aunque cada uno de ellos fue muy inexacto.

Armstrong recomienda que usted comience extrapolando la tendencia de largo plazo, digamos, de la última década. A continuación, tome la predicción media de la Encuesta de Pronosticadores Profesionales o el consenso de Wall Street. También podría incluir un pronóstico internacional o de un gobierno (como los del Banco Mundial o la Oficina de Presupuesto del Congreso). Un modelo estadístico, como los que están disponibles para varios indicadores en el sitio web del economista de la Universidad de Yale, Ray Fair, agregará otro nivel de diversidad. Finalmente, consulte el "mercado de predicciones" como Intrade.com. Dele igual peso a cada número; si tiene cinco fuentes de pronósticos, simplemente sume las predicciones y divida por cinco.

Desafortunadamente, no todos estos pronósticos están disponibles al mismo tiempo. Los números de Fair y de la FED de Filadelfia son actualizados cada pocos meses, mientras que las apuestas predictivas de Intrade.com no están todavía disponibles pero pronto lo estarán.

Pero escalonar los números a lo largo de varios meses no es tan malo: en general, usted se beneficia de recurrir a un número diverso de cifras más de lo que pierde al sacrificar algunas de las más recientes, dice Armstrong.

Ha encontrado que esta técnica reduce los errores de pronóstico hasta 58%, una mejora sustancial respecto a los pronósticos individuales.

Al fin de cuentas, por supuesto, ningún enfoque puede hacer que todos los pronósticos den en el blanco. Al fallecido consultor de inversores, Peter Bernstein, le gustaba citar a G. K. Chesterton, el novelista y ensayista. "El problema verdadero con nuestro mundo no es que es un mundo no razonable, ni siquiera es que sea un mundo razonable. El más común tipo de problema es que es casi razonable pero no totalmente…. Parece un poco más matemático y regular de lo que es; su exactitud es obvia, pero su inexactitud está escondida; su salvajismo espera

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Contribuyentes españoles: cornudos y apaleados

Muchos españoles nos sentimos bastante molestos cada vez que desde el Gobierno se nos dice que en nuestro país se pagan muy pocos impuestos y que éstos deberían subir para acercar nuestra presión fiscal a la de otras naciones europeas. Para quienes hemos cumplido ya algunos años, esta obsesión por elevar los impuestos no tiene, sin embargo, nada de sorprendente, ya que fue el punto de partida de la política fiscal de los gobiernos de González en los años 80.

En aquella época, era lugar común la idea de que si en otros países más ricos que el nuestro se pagaban más impuestos, los ciudadanos españoles deberían darle también más dinero al Estado… porque así vivirían mejor. El argumento puede resultar sorprendente, pero creo que describe con bastante precisión lo que se pensaba entonces en el mundo político.

La actual crisis económica y la recesión, que han hecho caer de forma muy acusada la recaudación fiscal y elevado el déficit público, han contribuido a poner en marcha un nuevo programa de subida de impuestos, que el Gobierno parece dispuesto a justificar con los mismos argumentos que se utilizaron hace ya casi treinta años. De nuevo se nos dice que el problema está en que pagamos pocos impuestos. Y, como unas estadísticas debidamente torturadas son capaces de decirnos casi todo lo que les pedimos, se nos presentan unos datos que parecen confirmar esta tesis. La realidad es, sin embargo, bastante diferente.

Hace sólo algunos días que el Instituto Juan de Mariana publicó un informe muy interesante, que lleva el expresivo título La falacia de los impuestos bajos en España. En él se demuestra, de forma convincente, que no es cierto que en España los impuestos sean hoy muy reducidos. Y se ofrecen, además, unas reflexiones muy interesantes sobre el uso partidista que, desde el poder, se hace de los datos de presión fiscal, que constituye una de la bases de los planes actuales para subir los impuestos.

El concepto de presión fiscal es, aparentemente, muy simple. Esta magnitud se obtiene dividiendo los ingresos tributarios de un año concreto por el PIB del mismo período y nos ofrece así el porcentaje de nuestra renta que el Estado se apropia para el cumplimiento de sus funciones. Pero las cosas no son tan sencillas. En primer lugar, ¿por qué ponemos en el numerador los ingresos tributarios y no el gasto público? La parte de gasto que se financia con deuda no aparece en la presión fiscal. Pero la deuda un día habrá que pagarla. Y la pagaremos –no les quepa duda– con más impuestos.

La forma habitual de calcular la presión fiscal plantea algunos problemas curiosos. Por ejemplo, en una situación de crisis como la actual, cae –como ya hemos dicho– la recaudación fiscal. Y, por tanto, la presión fiscal se reduce. Y en pocos sitios ha caído la recaudación tanto como en España. Así, si en 2007 la presión fiscal era del 43,9% en Alemania y del 41,1% en España, en 2009, mientras la cifra para Alemania era del 44,3%, en España se reduciría al 34,7%. Deducir de estos datos que la presión fiscal en España es muy baja y que, por tanto, conviene subir los impuestos es, simplemente, una insensatez.

Esfuerzo fiscal
Hay un segundo argumento que muestra la escasa solidez de la tesis del Gobierno. Cuando se comparan datos de tributación de naciones con diferencias significativas de nivel de renta, la variable a utilizar no es la presión fiscal, sino el esfuerzo fiscal. Este se calcula, en su versión más conocida –el índice de Frank–, dividiendo la presión fiscal por la renta per capita del país correspondiente.

Esta variable es más adecuada, porque la carga fiscal que soporta una persona que paga al Estado, por ejemplo, el 30% de su renta va creciendo a medida que dicha renta se reduce. Y los datos de esfuerzo fiscal en la Unión Europea del año 2008 que presenta el informe del Instituto Juan de Mariana son muy indicativos en este sentido. De acuerdo con ellos, los ciudadanos de Alemania, Reino Unido, Holanda o Suecia soportan un esfuerzo fiscal inferior al de los contribuyentes españoles.

No sé que es peor en esta campaña en favor de mayores impuestos: si el daño que nos hace en el bolsillo o el intento de crearnos mala conciencia a unos españoles que cada día somos un poco más pobres y entregamos un poco más de nuestra renta a ese Estado que, sin embargo, se muestra insatisfecho de nuestra contribución a sus arcas.

Sinceramente, me parece que nada define mejor nuestra situación que aquella expresión sacada de una vieja historia de Boccaccio para designar a quienes se encuentran en una situación tan triste como es hoy la nuestra: “Cornudos y Apaleados”.



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09 enero 2011

¿Dónde invertir en 2011?

Para triunfar con las inversiones en 2011 habrá que moverse con la agilidad y destreza de una gacela. Los estrategas prevén un año complicado, plagado de volatilidad y advierten de que, para tener éxito en la jungla de la inversión, no se podrá realizar una apuesta y sentarse a esperar para recoger los frutos cuando termine el ejercicio.

Rotación de activos
“Hay que navegar en aguas tormentosas. Será un año complicado, con rotaciones frecuentes de valores, países e incluso activos. Llega el momento de ser muy selectivo, pero además hay que ser rápido y estar dispuesto a cambiar de tipo de inversión cuando haga falta, en función de las noticias que vayan mandando en el mercado”, explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

Este experto recomienda a los inversores invertir en renta variable puntualmente, pero no acumular. En otro momento, teniendo en cuenta la fuerte caída sufrida por los bancos en 2010, “lo que te pide el cuerpo es, en Europa, meterte en sectores muy penalizados, como bancos, telecomunicaciones o pequeñas compañías que se han quedado rezagadas pero tienen buenos negocios”, apunta el estratega de Citi. Pero ahora, hacerlo sin tener una estrategia de salida planeada puede dar al inversor muchos disgustos, alerta.

De hecho, en los primeros compases de 2011 no se ha notado que los gestores hayan realizado grandes rotaciones en sus carteras. “Por ahora, lo que se ha visto en el arranque del año es que se han realizado cambios de posición en valores puntuales, por ejemplo, comprar acciones de determinadas compañías excesivamente castigadas en 2011 o hacer caja con las que han tirado con más fuerza, pero no a nivel sectorial. No se espera que pase este año”, indica Juan Ramón Caridad, director general de Swiss & Global Investment.

Estrategias largas/cortas
Las estrategias que consisten en apostar por el alza de un mercado europeo y a la baja por otro de la misma región o hacerlo con valores del mismo sector ganarán peso en la operativa diaria. Pero cambiarán constantemente. Manuel Arroyo, director de inversiones en España de JP Morgan Asset Management cree que será momento de estrategias largas y cortas y de apuestas de valor relativo, por países, por ejemplo. No obstante, Arroyo matiza que lo primero que tiene que hacer el inversor es fijarse una estrategia a largo plazo y no rotar la cartera cada dos semanas o un mes porque tiene riesgo.

Fijar cargos
“Seguimos apostando por el medio plazo, aunque hay que marcar unos rangos en los que moverse”, añade. El experto advierte del peligro que pueden implicar las numerosas rotaciones en el caso de un inversor minorista, que por pánico puede vender en el peor momento y perderse la recuperación posterior.

Para 2011, JP Morgan empieza optimista con la bolsa, sobre todo la de EEUU, porque es donde se están implementando las medidas más agresivas que harán posible la recuperación. También son positivos en los mercados emergentes, pero habrá que estar muy pendientes porque algunas bolsas pueden empezar a estar caras.

Oportunidad en deuda
En renta fija, 2011 también se plantea como un año de oportunidades puntuales donde hay que ser muy ágil para no equivocarse. Lo mejor son los fondos flexibles, que puedan invertir en todos los abanicos de renta fija, según Sasha Evers, director general de BNY Mellon AM para Iberia.

A vigilar
Hay variables que no puede perder de vista el inversor para acertar en la cacería de la inversión. Por un lado está la deuda de los países europeos; la inflación en emergentes; el crecimiento internacional.

Campuzano advierte del riesgo de que los bancos centrales se vean tentados a retirar las medidas de liquidez para controlar la inflación de algunos países. Esto puede debilitar aún más la economía, pero espera que el BCE siga siendo pragmático y no arriesgue.

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03 enero 2011

2011: El año clave para el mundo

El año 2011 que arranca será difícil, complejo y asimétrico. Un año de ligera desaceleración con respecto a 2010, con un crecimiento mundial entorno al 4%, pero con grandes disparidades en el ritmo de salida: desde el 2,3% de media en los países de la OCDE, hasta el 9% de China. Tendremos una Europa también dual, con ritmos de despegue muy dispares: del 3% para Alemania y del 0,6% para España.

Los países más endeudados, los que han tenido un mayor boom inmobiliario, y los que, como consecuencia de ello, tienen más dañada su banca y más débil el flujo de crédito, serán los últimos en alcanzar un crecimiento generador de empleo. Estados Unidos puede llegar a alcanzar en 2011 el 100% de endeudamiento público sobre PIB, situación delicada y comprometida, que podría alarmar a los mercados financieros, lo cual, de ocurrir, eliminaría el efecto refugio que ha tenido la deuda americana.

Ben Bernanque, presidente de la Reserva Federal, consciente de que el tiempo de las políticas fiscales expansivas está llegando a su fin, no ha dudado en lanzar una segunda ola de expansión monetaria (quantitative easing QE2). El objetivo es reducir los tipos de interés a largo plazo e impulsar el crecimiento económico del país. Las previsiones de la OCDE son que Estados Unidos desacelere su crecimiento hasta el 2,2% en 2011.

Los países emergentes actuarán de locomotora de los países desarrollados durante el año 2011. No obstante, empiezan a tener problemas de inflación como consecuencia del recalentamiento de sus economías. El crecimiento esperado de China (9%) para 2011, vendrá acompañado de un repunte de la inflación. Pero quizás lo más preocupante es la burbuja inmobiliaria y de activos financieros que se está generando, que de explotar, quebraría el necesario crecimiento de este país, con un fuerte impacto en la economía mundial.

La fortaleza del yuan, la debilidad del dólar y sus altas tasas de crecimiento del PIB, están atrayendo grandes masas de capitales a corto y medio plazo, inundando de liquidez el país e inflando las burbujas de activos reales y financieros.

Las autoridades Chinas se han apresurado a adoptar drásticas medidas, aumentando el coeficiente de caja de los bancos y los tipos de intereses de referencia, lo cual retroalimentará el problema inicial de la excesiva entrada de capitales. Es muy probable que durante el año 2011, China acabe consintiendo una mayor apreciación de su moneda para frenar las crecientes tasas de inflación de bienes y de activos, lo cual agradecerán el resto de países. Similares tensiones de precios y activos se observaran en otros países de Asia y Latinoamérica.

Los desequilibrios globales permanecen
La permanencia y no corrección de los desequilibrios globales que fueron origen de la crisis, sigue siendo una fuente de preocupación. La asimetría entre los superávits en las balanzas en cuenta corriente de países como China, Alemania o Japón y los déficits de Estados Unidos, Reino Unido, España y otros países desarrollados, sigue siendo un riesgo potencial que, de no eliminarse podría comprometer la recuperación mundial.

La incipiente guerra de divisas, es una muestra de las crecientes tensiones. Otro de los desequilibrios globales está relacionado con la expansión de liquidez mundial que están provocando las políticas monetarias expansivas, fundamentalmente en Estados Unidos y en menor medida en Europa, y sus efectos poténciales de crear inflación mundial. De momento, es preocupante observar que Estados Unidos no ha logrado el pretendido efecto de reducción de los tipos a largo plazo, así como tampoco la reactivación del crédito.

El tercer desequilibrio, es la lenta reducción del endeudamiento privado y público de algunos países desarrollados, y la alta y resistente tasa de ahorro de algunos países emergentes, así como su escasa propensión al consumo interno. El cuarto desequilibrio que preocupa es la incipiente burbuja de las materias primas (petróleo, metales, alimentos….) que está inflándose cuando todavía la recuperación económica mundial no esta asentada., lo cual está relacionado con la ola de expansión monetaria provocada por los bancos centrales, que al no tener apetencia por el crédito a la economía real, se refugia en alternativas más rentables y especulativas como los mercados de materias primas.

Europa germanizada
La crisis de la deuda pública soberana de los países periféricos ha puesto en evidencia las carencias de la construcción europea para hacer frente a la gran recesión del siglo XXI. Es un problema político antes que económico. La Unión Monetaria tiene que avanzar ineludiblemente hacia una Unión Económica, lo cual requiere nuevas transferencias de soberanía fiscal, laboral y de otras políticas económicas, que es lo mismo que afirmar que debemos de dar nuevos pasos hacia una mayor integración política, de lo contrario, el contagio seguirá prolongándose hacia Italia, Bélgica y Francia.

La salida de la crisis no es que Alemania se parezca a la Europa débil, sino que esta última se acerque y asemeje cada vez más a las gobernanza económica de Alemania. Existen dos visiones de Europa, no tanto en la meta final, como en el camino a recorrer para llegar a ella. Para Alemania "más Europa" equivale a más austeridad y más disciplina, su liderazgo está basado en el ejemplo. Todas las crisis han supuesto un avance en la construcción europea.

El Gobierno español no logra quitarse de encima la desconfianza creciente de los mercados financieros. Los siguientes en la lista de sospechosos de insolvencia son Portugal y España. Al final es un problema de credibilidad exterior. La desconfianza de los mercados financieros no desaparecerá hasta que nuestro Gobierno haga un planteamiento completo, integral, de todas las reformas a acometer con señalamiento de objetivos y fechas.

La continua improvisación, no es una buena compañera para generar confianza. No obstante, en el mejor de los escenarios, la economía española no alcanzará el 1% de crecimiento en 2011. El paro se mantendrá en el 20%. Habrá que esperar al 2012 para alcanzar un crecimiento que nos permita generar empleo y reducir el paro. Lo cual es posible, si antes no hemos sido rescatados.


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BlackRock aboga por crecer

Puede que ya sea la mayor gestora mundial de activos con diferencia, pero BlackRock quiere seguir creciendo. Tras la compra de Barclays Global Investors (BGI) por 13.500 millones de dólares (10.230 millones de euros) a finales de 2009, se descarta otra gran adquisición, lo que limita la proyección del gigante financiero a aumentar los 3,45 billones de dólares en activos que gestiona en la actualidad y a incrementar los márgenes. “No hay motivos por los que no podamos conseguir crecimientos de los ingresos de dos dígitos”, señala Rob Kapito, vicepresidente de BlackRock y uno de los ocho fundadores originales de la compañía en 1988.

Aunque a los rivales les inquiete la capacidad de BlackRock para ofrecer mejores precios gracias a su mayor tamaño, las evidencias hasta el momento son cuestionables. En julio, su filial iShares, el mayor emisor de fondos cotizados (ETF), experimentó reduciendo la comisión de su ETF de oro para competir con el fondo de mayor tamaño SPDR Gold Shares. Sin embargo, la rebaja de precios no generó grandes entradas.

Kapito expone que las comisiones de los ETF no son el aspecto más determinante para los inversores. “Los ETF son una alternativa económica, pero los clientes se fijan en el rigor del seguimiento, la liquidez y la transparencia”, explicó. Los activos gestionados en fondos ETF estadounidenses rebasó este mes la marca del billón de dólares. Pero rivales como Vanguard siguen recurriendo a tasas más bajas para intentar ganar cuota de mercado, y los analistas advierten de que el movimiento hacia ETF indexados puede perder ímpetu.

Proyección

De hecho, pese a que Kapito aboga por un mayor crecimiento de la categoría, ya que proporciona un rápido acceso a mercados en los que resulta difícil invertir por otros medios, también prevé mejores tiempos para la gestión activa de fondos. “Todo gira en torno al rendimiento y a los ciclos del mercado. Ha avanzado hacia un extremo y luego comenzará a invertir el movimiento”, asegura. Uniéndose al consenso optimista sobre las bolsas para el próximo año, también prevé un mejor comportamiento del mercado, que contribuirá a dar un impulso a las gestoras de activos. “Las empresas han disfrutado de bajos tipos, han trabajado para adelgazar sus balances y ya están preparadas para recomprar acciones, incrementar el dividendo o buscar otros fines para su capital”, señala.

Este optimismo se extiende al rendimiento previsto en la gestión tanto activa como pasiva. También refleja los motivos de la compra de BGI, cuyos fondos que replican índices permiten a BlackRock beneficiarse de ambas estrategias de inversión, ya sea con productos baratos indexados de gestió pasiva, o, en el otro extremo, la gestión activa que es cara, pero necesaria para batir el rendimiento del mercado. El tamaño de BlackRock, en ambas formas de inversión, es esencial para su estrategia de costes. Ahora busca optimizar su tamaño por otras vías. En 2001 prevé lanzar una plataforma propia de negociación que le permitirá cruzar operaciones de sus clientes (internalización), en lugar de negociarlas todas directamente con los brókeres de Wall Street, y reducir así costes. Está dentro de la estrategia de la compañía de desarrollar su propia tecnología. BlackRock Solutions ofrece ya infraestructuras y análisis de riesgo para más de 200 entidades que representan 10 billones de dólares en activos. Sin embargo, aún tiene que demostrar que puede incrementar los activos bajo gestión del grupo combinado y mantener márgenes. Históricamente, las fusiones de gestoras han fracasado por los conflictos de culturas. Merrill, por ejemplo, pagó 3.100 millones de libras (3.625 millones de euros) por la británica Mercury Asset Management en 1997, sólo para perder activos.

Pero con BGI tiene identidad propia. La posible marcha de varios gestores estrella a la competencia ha preocupado a los inversores. Sin embargo, los movimientos en la plantilla ascienden a menos del 5%. Aun así, el acuerdo ha supuesto la pérdida de cerca de un 5% de los activos conjuntos gestionados. Según Kapito, la mayoría de las salidas han sido por la diversificación de clientes con intereses en ambos grupos. Pero la bolsa es más escéptica. BlackRock gana un 6% desde el anuncio del acuerdo en julio de 2009; el índice S&P 500 sube más de un 20%.

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