21 noviembre 2010

¿Seguro que hay más riesgo en los mercados emergentes que en los occidentales?

¿Nos hemos equivocado con los mercados emergentes? Cuando el dinero viaja a China, Brasil o a otros destinos del mundo emergente, los operadores lo llaman operaciones “en busca de riesgo”. Cuando los inversores se sienten cómodos asumiendo riesgos, los mercados emergentes se benefician. Cabe preguntarse si los países emergentes podrían ahora convertirse en un destino para los que buscan seguridad. Así lo creen los mercados de crédito. O se equivocan y el crédito de los países emergentes se encuentra en una burbuja incipiente, o necesitamos desprendernos de ideas preconcebidas.Los CDS ponen un número exacto al riesgo que el mercado asocia al impago de los distintos países.

Esto se expresa como el coste de asegurar la deuda de un país frente al impago en cinco años. Mientras en Reino Unido la cifra estaría en el 0,6%, en el caso de España, que atraviesa una crisis de confianza, el coste ascenderá al 2,56%. El mercado, por tanto, considera que el riesgo de impago de España es muy superior al de Reino Unido (aunque no cree que ninguno de los dos sea muy probable). Lo que resulta sorprendente es la comparativa del mercado del riesgo de los países emergentes. Asegurar la deuda frente a un posible impago de China cuesta lo mismo que en Reino Unido, un 0,6%. La lista de países que parecen ofrecer más confianza que Italia (con un 1,82%) incluye México, Brasil, Chile, Rusia e incluso Indonesia (con un 1,39%).

Esta valoración de los mercados emergentes ha cambiado completamente en los dos años siguientes al colapso de Lehman Brothers, que pareció sumir a sus economías en una crisis de deuda. Entonces, el coste de asegurar la deuda indonesia ascendía al 12,47%.

Por entonces, los mercados emergentes fueron víctimas de la búsqueda de inversiones en lugares que se consideraban más seguros. Los inversores salieron de estos países tan pronto como pudieron. En esta ocasión, a pesar de la incertidumbre que rodea a la deuda soberana de la eurozona, los inversores no están respondiendo vendiendo deuda de los mercados emergentes. Una burbuja parece ser la explicación más obvia. El capital internacional no puede creer que estos créditos son tan seguros; los bajos niveles de rentabilidad ponen de manifiesto que el dinero está moviéndose de forma irreflexiva.

Ante los bajos tipos de EEUU y los temores que circulan en torno a Europa, los inversores recurren a los mercados emergentes sin ningún tipo de cautela. Cabe preguntarse si son los mercados emergentes el mejor refugio. Esa cuestión me la planteó esta semana un gestor de fondos responsable de una importante cartera de deuda en mercados emergentes. Para él, el atractivo de países como Indonesia es la seguridad.¿Cómo puede defender esta teoría? En primer lugar, asegurando que el riesgo ahora mismo está concentrado en Europa Occidental y EEUU. Si esto provoca una fuerte devaluación del dólar o del euro, implica también una revalorización de las monedas del mundo emergente. Y, cuanto más fuertes estén sus divisas, más fácil les resultará a los mercados emergentes ofrecer deuda denominada en dólares.

Pero, según él, no se trata sólo de evitar a Occidente; los mercados emergentes ofrecen ventajas. Su sistema de bienestar no es costoso y es más fácil mantener en orden sus cuentas fiscales. Sus sectores financieros no están tan desarrollados y los bancos no cometieron excesos comparables a los de Europa Occidental y EEUU. El sector bancario irlandés creció demasiado, lo que impidió que su Gobierno pudiera acudir en su rescate sin consecuencias. Si de lo que se trata es de evitar estos riesgos, me dijo, lo ideal es colocar el dinero en lugares como Indonesia y Brasil. ¿Existe un límite para la aplicación de esta lógica? La crisis de 2008 sugiere que sí. Teniendo en cuenta el miedo, la vuelta al dólar, y el desplome de las divisas de los mercados emergentes, los impagos en estos mercados se evitaron por muy poco. Pero esta lógica podría perder su coherencia si es el dólar la víctima de la crisis. Entonces, el juicio relativo del mercado podría ser correcto.

Pero si se materializasen los peores escenarios posibles en EEUU y Europa, ¿sería posible que el riesgo de impago en países cuyas economías dependen de las exportaciones a estos países fuera tan bajo en términos absolutos como dice ahora el mercado? No cabe duda de que se trata de una burbuja; el exceso de dinero fluyendo hacia un espacio limitado termina traduciéndose en una infravaloración del riesgo. Mi amigo gestor de fondos tenía un argumento contra esto. La deuda de los mercados emergentes no está tan limitada como otras clases de activos. Los Gobiernos disponen de todo tipo de áreas en las que dar un uso útil al dinero. Si van a recibir fondos, solicitarán más préstamos que gastarán en proyectos de infraestructuras. Esto elevaría el riesgo de impago, y el mercado se ajustaría entonces en consecuencia.

Este argumento no da más de sí. En el mejor de los casos, los mercados están invitando a que se haga una mala inversión del capital, como suele suceder siempre que se facilita demasiado el acceso a capital. La barata deuda de los mercados emergentes es un motivo de verdadera preocupación –pero en términos relativos, es muy posible que el mercado tenga razón cuando dice que los países emergentes no representan ya mayor riesgo que EEUU y Europa occidental.



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