18 noviembre 2010

Provocaciones al banco central de India

Los bancos de India se han ganado el respeto por sus conservadores hábitos de crédito, pero una amenaza pasajera en la industria amenaza esa reputación.

Desde finales de 2008, los bancos ofrecen tentadores tipos sobre los préstamos hipotecarios. Fijos en bajos niveles durante dos o tres años, los tipos de interés finalmente suben y se igualan a las tasas del mercado. En State Bank of India, la mayor entidad crediticia del país, el tipo está en el 8%, no muy lejos del nivel por debajo del que el banco no puede conceder créditos a ningún prestatario, ya sea un particular o una empresa.

La práctica, legado de la crisis crediticia –durante la que Nueva Delhi instó a los bancos a adoptar este tipo de esquemas para mantener el funcionamiento del mercado inmobiliario–, se ha convertido recientemente en una fuente de tensiones con el banco central indio. Advirtiendo sobre las burbujas de activos y preocupado por la posibilidad de que los bancos se estén exponiendo a un mayor riesgo de impago, el Banco de la Reserva de India (RBI por sus siglas en inglés) quiere que las entidades pongan fin a la práctica. Según la agencia de ráting Crisil, estos créditos representan en la actualidad una cuarta parte de los 75.000 millones de dólares (55.239 millones de euros) en préstamos hipotecarios pendientes de pago.

El banco central restringió recientemente la cuantía de las hipotecas al 80% del valor de la vivienda, y también aumentó sustancialmente la suma que los bancos deben reservar frente a los créditos con bajos tipos para protegerlos frente a un impago hipotecario. Este incremento también debería restar rentabilidad a los préstamos, pero el RBI se resiste a dictar los tipos de interés para los créditos, por lo que siguen concediéndose.

La lucha por conseguir nuevos clientes es uno de los motivos de la resistencia de los bancos. Otro es que los bajos tipos son una forma de apostar por una subida de las tasas de interés en India; estos prestamos serán más rentables una vez que se ajusten.

Pero, según asegura el RBI, no se ha estudiado adecuadamente a los prestatarios, que tendrán problemas para pagar los créditos una vez que se ajusten los tipos. Las comparaciones con la crisis hipotecaria estadounidense resultan tentadoras, pero podrían ser prematuras: las hipotecas no son un gran negocio para muchos bancos, aunque muchos conceden excesivos préstamos a promotoras inmobiliarias.

Los riesgos deberían clarificarse pronto, a medida que los primeros créditos en concederse comiencen a ajustarse. Pero es una práctica que podría terminar antes de que surjan las evidencias de sus inconvenientes.


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