01 febrero 2011

La fiebre del oro inmobiliaria que vive Londres

El sector de la propiedad comercial de lujo de Londres no parece un refugio seguro después de la crisis. A pesar de la precaria situación económica de Reino Unido, los inversores internacionales destinaron más de 6.000 millones de euros a oficinas y locales comerciales londinenses en los 18 meses hasta junio de 2010. Esta cantidad es casi el equivalente al de las nueve ciudades más populares juntas, según CBRE.

Tras caer un 50% desde su máximo, las oficinas de la City han superado con creces a otros mercados europeos, con una subida del 25% frente al 2% de París, según datos de Investment Property Databank (IPD). Pero, dado que algunas oficinas del West End ofrecen sólo una rentabilidad de sólo el 4%, está claro que los inversores inmobiliarios globales encontrarán mejores oportunidades en otros mercados.

Para estos inversores, el atractivo de Londres reside en su percepción de refugio seguro, el equivalente inmobiliario del oro o del franco suizo. Los inversores internacionales valoran su transparencia y su liquidez. A diferencia de otros países de Europa y Asia, donde los inversores tienen dificultad para acceder a las subastas o donde la protección legal es escasa, en Londres resulta sencillo realizar operaciones. Los inversores también aprecian su relativa estabilidad.

El sector inmobiliario londinense parece relativamente desvinculado de la situación de la economía británica; además, se ha beneficiado de la debilidad de la libra esterlina. Sin embargo, los precios de los activos empiezan a separarse de los fundamentales. Las oficinas del West End tienen una rentabilidad de sólo el 4,25% y las de la City, del 5.25%, cerca del máximo registrado en los años de boom. El rendimiento de los bonos a diez años ha caído desde entonces al 3,6%, aunque no parece que los tipos vayan a revisarse al alza el año que viene. Los alquileres de oficinas de la City londinense cayeron en términos reales un 4,2% en la última década, más que en Fránfurt y París, según IPD.

Además, los bancos británicos tienen en sus cuentas miles de millones de libras en propiedades comerciales de inferior calidad, de los que deberían empezar a desprenderse en 2011. ¿Qué deberían hacer los inversores? Dentro de Londres, las mejores inversiones se centran en las nuevas construcciones, ya que los especuladores están convencidos que la oferta de oportunidades de inversión será escasa. Además, parece que habrá pocas oficinas nuevas disponibles para 2014, cuando vence una gran cantidad de alquileres de larga duración en la City, lo que fomentaría el crecimiento de estos.

No obstante, para los inversores de fondos inmobiliarios, hay otros mercados europeos que parecen más atractivos: los centros comerciales alemanes se benefician de las perspectivas de consumo más sólidas desde la reunificación. El sector inmobiliario sueco, amparado por una economía que creció el 5,5% el año pasado, también parece un valor interesante, a pesar de la reciente contracción de la rentabilidad. Dado que Londres parece estar cada vez más saturado, todo apunta a que serán mercados como el francés, el alemán o el sueco los que atraigan más capital a partir de ahora.

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