Cada enero, hordas de expertos generosamente remunerados intentan predecir lo que la economía y los mercados van a hacer en el año que comienza. A medida que avanza el año, casi todos los pronósticos resultan ser erróneos.
Aquí, esperamos ofrecer algo diferente: una hoja de ruta que indica cómo darle un uso práctico a esas predicciones, incluso cuando usted sospecha que están equivocadas. Tomados juntos, los pronósticos pueden señalar al mejor o al peor de los desenlaces que uno puede esperar en un año determinado- y cuán confiado (o desconfiado) debería estar.
Hacer pronósticos es algo tan viejo como los propios mercados. Registros de la antigua Mesopotamia, de acuerdo con investigaciones de la historiadora Alice Louise Slotsky, están llenos de referencias a presagios que se creía que predecían los precios de las commodities, como que "el cuervo indica un mercado estable".
Prácticamente desde entonces, los expertos han estado produciendo pronósticos, y errando. Piense en el año pasado, cuando se decía que los indicadores técnicos llamados "el presagio Hindenburg" o la "cruz de la muerte" decían que las acciones iban a quebrar. Se esperaba que el mercado de valores chino fuese a seguir su "boom" y una recaída en la recesión de Estados Unidos les parecía probable a muchos expertos del mercado. Hasta ahora, por lo menos, ninguna de esas cosas ha ocurrido.
Si los pronósticos están en lo cierto este año, las acciones estadounidenses van a subir aproximadamente el 10%, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU a 10 años rondarán el 3%, la inflación va a estar un poco debajo del 2% y la economía se expandirá alrededor del 3%. Sin embargo, sería ingenuo pensar que usted podría hacer sus apuestas siguiendo al pie de la letra esas predicciones.
¿Por qué gente con años de experiencia, conocimiento masivo y montañas de datos a su disposición tan frecuentemente se equivoca respecto al futuro?
Primero que nada, el futuro es el reino de las sorpresas; nadie, no importa cuán experto, puede predecir de forma fiable lo que va a pasar y cómo va a reaccionar la gente ante ello. Como el economista Friederich von Hayek, dijo en su conferencia "La pretensión del conocimiento" cuando ganó el premio Nobel de Economía en 1974, "en el estudio de un fenómeno tan complejo como el mercado, que depende de la acción de muchos individuos, todas las circunstancias que determinarán el desenlace de un proceso difícilmente serán totalmente conocidas o medidas".
Los pronósticos también se equivocan porque tienden a ser demasiado tímidos o demasiado extremos. Para un pronosticador, tiene poco sentido diferir levemente de la predicción sobre la que hay consenso. A nadie lo despiden por estar en la mitad de la manada, ni reciben los pronosticadores mucho crédito por estar un poquito menos equivocados que sus pares. Si un pronosticador se va a desviar del promedio, pues mejor que lo haga del todo.
Por lo tanto, mientras que la mayoría de los expertos tienden a agruparse en torno a un consenso seguro, unos pocos apuestan al arriesgado pero potencialmente lucrativo terreno de hacer predicciones extremadamente pesimistas u optimistas. Si resultan ser correctas, su precisión parecerá milagrosa y serán famosos: si resultan ser equivocadas, la mayoría de la gente lo olvidará.
No debe sorprendernos entonces que siempre parezca haber un analista con un toque mágico. Casi un cuarto de siglo después de que las acciones de Estados Unidos cayeran más del 20% en octubre de 1987, mucha gente todavía recuerda a Elaine Garzarelli por haber "predicho" el colapso del mercado, incluso aunque su trayectoria posterior haya sido mixta. Más recientemente, el economista Nouriel Roubini y la analista de bancos Meredith Whitney advirtieron del colapso financiero, pero no se sabe si sus más recientes predicciones darán en el blanco.
Otro problema: los expertos son inconsistentes en cuanto a la forma en que analizan datos complejos. Cuando se les presenta información similar en diferentes momentos, llegan a conclusiones drásticamente divergentes. Se sabe desde por lo menos 1954 -aunque casi nunca se ha publicitado en Wall Street- que un modelo de ordenador que imita el método de predicción que un analista dice que usa será más exacto que el propio pronosticador. Esto es porque los expertos saben lo que es importante, pero muy frecuentemente hacen cambios subjetivos al énfasis que ponen en varios factores.
Como los cocineros que se equivocan por cambiar recetas que ya dan resultado, los analistas se derrotan a sí mismos al hacer demasiados "ligeros ajustes". Un estudio encontró que un modelo de ordenador sin cambios con respecto a las predicciones de los analistas de acciones sobre ganancias futuras acertó más que los propios expertos el 72% de las ocasiones. Y en un informe la semana pasada, David Bloom, un estratega de divisas de HSBC de Londres, criticó a los analistas por ser "incoherentes" tras volverse optimistas respecto al euro simplemente porque subió recientemente.
Por lo tanto, los expertos del mercado no solamente pasan por alto las enormes sorpresas que nadie puede predecir; también tienden a sobrecompensar las pequeñas. "Los analistas quedan atrapados en lo que llamo "corrientitis", por la cual uno ve un número que no esperaba, cree que se debe haber perdido algo, y entonces terminan perdiendo moviéndose de un lado al otro, siguiendo el compás de los datos más recientes".
Sume todo- o reste todo- y es claro que debería acercarse a las predicciones financieras con incluso más cautela de lo que se había dado cuenta.
Pero también puede hacer uso de esos pronósticos. Aquí está cómo:
No apueste con un año de anticipación.
Los pronósticos son más exactos en el corto que en el largo plazo. La Reserva Federal de Filadelfia, que realiza la Encuesta de Pronosticadores Profesionales, mantiene una base de datos de décadas de pronósticos promedio e individuales de docenas de expertos sobre un amplio espectro de variables económicas y financieras.
Cuando se trata de predecir variables tales como la inflación, el desempleo y el crecimiento económico (medido por el cambio de producto bruto interno real), la encuesta es considerablemente más exacta que la simple extrapolación de la más reciente tendencia, pero solamente por uno o dos trimestres. En los siguientes meses, la exactitud de la mayoría de los pronósticos caen muy rápidamente, de acuerdo con investigaciones de Tom Stark, que administra este base de datos de Filadelfia y otros investigadores.
Con una anticipación de un año, los pronósticos de los expertos pierden casi toda su validez por la simple extrapolación de las tendencias recientes.
Acepte el error
Cuando son confrontados con los pronósticos, las personas sin un doctorado en Economía tienden a verlos como muy precisos, dice Stark. "La gente no entiende la enorme cantidad de incertidumbre que está implícita en los vaticinios", explica.
El pronóstico promedio sobre inicio de construcción de viviendas s en 2011, por ejemplo, calcula que se llegará a una tasa anual de 700.000 unidades nuevas para finales de año, por encima de las 554.000 calculadas en 2010. Pero, basándose en la pasada precisión de los pronósticos históricos recopilados por la Fed de Filadelfia, puede estar seguro en un 80% que el resultado real se ubicará entre 400.000 y un millón. Esto significa que sería sabio esperar una sorpresa, ya sea hacia arriba o hacia abajo.
Mientras tanto, el pronóstico de consenso para el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años es de 3,25% para finales de este año. Basándose en los niveles históricos de errores, sin embargo, todo lo que un consumidor prudente de pronósticos debería concluir es que hay aproximadamente un 80% de oportunidades de que el rendimiento del bono a 10 años termine el año en algún punto entre el 2% y el 4,5%. Esto, a su vez, implica que los precios de los bonos podrían subir tanto como el 9% o caer hasta el 10%.
De la misma forma, usted debería tener una alta incertidumbre respecto al rendimiento de los bonos de empresas que tienen grado de inversión. De acuerdo con los pronósticos pasados reunidos por la FED de Filadelfia, debería asumir que las posibilidades son en un 80% que los rendimientos de estos bonos- 4,9% a fines de 2010 – evolucionarán a entre 3,8% y 5,8% a fines de 2011. Esto sugiere que los precios de los bonos podrían o subir o caer aproximadamente 7%.
Esto no significa que estos pronósticos no tengan valor. Lejos de ello: viendo qué amplio es el margen de error es, uno puede ajustar sus propias expectativas para asegurarse que no toma una decisión con un exceso de confianza. Los inversores que gustan balancear sus apuestas, mientras tanto, pueden tener un mejor panorama de cuánta protección van a querer.
Antes de depender del pronóstico de cualquier variable, revise la página de "estadísticas de errores en pronósticos" del sitio web de la Fed de Filadelfia para ver cuán precisas han sido pasadas predicciones.
Escuche a los mercados.
"Si hay un mercado con muchos operadores, usted no debería creer que va a predecir mejor que ellos el comportamiento del mercado", dice J.Scott Armstrong, un profesor de la Wharton School y autor de "Principios para pronosticar".
El mercado bursátil puede parecer como un mal pronosticador para el futuro, hasta que lo compara con cualquiera de las alternativas. El S&P 500 tiende a pronosticar recesiones y recuperaciones bastante bien en el corto plazo, como hizo cuando comenzó a caer a finales de 2007 y otra vez con su fuerte alza en 2009. En las últimas semanas, los precios de las acciones sugieren que la economía continuará recuperándose en 2011.
El mercado de bonos también puede ser un buen indicador, si se lo compara con los pronósticos individuales. Ui-Wing Cheah y Mark Carhart, socios de Kepos Capital, una firma de gestión de activos en Nueva York, recientemente analizó varias técnicas comúnmente utilizadas para vaticinar los rendimientos de los bonos a 10 años. "La actual tasa para los títulos a 10 años", dice Carhart, "consistentemente da un muy buen pronóstico de la tasa futura". "Es difícil de derrotar", agrega.
El incremento en los rendimientos de los bonos del Tesoro en los últimos meses de menos del 2,5% al 3,4% sugiere que el período de bajos intereses puede estar en el pasado.
Aun así, esta forma de aprovechar el impulso de la ola es algo que es mejor dejarlo a los operadores. Si usted es un inversor a largo plazo, debería aceptar que los movimientos de corto plazo del mercado no son predecibles y que tiene poco sentido ajustar su cartera siguiéndolos. En la mayoría de los casos, los promedios a largo plazo de los rendimientos pasados -aunque distan de ser vaticinadores perfectos- son probablemente una mejor guía que los pronósticos a largo plazo de los futuros rendimientos.
Promedie muchos pronósticos diferentes.
Quizás la más poderosa herramienta para mejorar la calidad de las predicciones es simplemente combinar varios pronósticos de una variedad de fuentes independientes. En vez de confiar solamente en la Encuesta de Pronosticadores Profesionales o en el consenso de los economistas o estrategas de Wall Street, uno debería tener una red grande.
Los vaticinios de diferentes fuentes tienden a utilizar información variable y métodos divergentes, así que sus errores se compensan unos con otros. Para ver el porqué, dice Richard Larrick, un profesor de gerencia en la Universidad Duke, imagine dos pronósticos: uno dice que las acciones subirán el 20%, el otro que lo harán el 4%. Ahora imagine que las acciones en realidad suben el 12%. El primer pronóstico se excedió 8 puntos porcentuales. Al segundo le faltaron 8. Pero el promedio estaba correcto, aunque cada uno de ellos fue muy inexacto.
Armstrong recomienda que usted comience extrapolando la tendencia de largo plazo, digamos, de la última década. A continuación, tome la predicción media de la Encuesta de Pronosticadores Profesionales o el consenso de Wall Street. También podría incluir un pronóstico internacional o de un gobierno (como los del Banco Mundial o la Oficina de Presupuesto del Congreso). Un modelo estadístico, como los que están disponibles para varios indicadores en el sitio web del economista de la Universidad de Yale, Ray Fair, agregará otro nivel de diversidad. Finalmente, consulte el "mercado de predicciones" como Intrade.com. Dele igual peso a cada número; si tiene cinco fuentes de pronósticos, simplemente sume las predicciones y divida por cinco.
Desafortunadamente, no todos estos pronósticos están disponibles al mismo tiempo. Los números de Fair y de la FED de Filadelfia son actualizados cada pocos meses, mientras que las apuestas predictivas de Intrade.com no están todavía disponibles pero pronto lo estarán.
Pero escalonar los números a lo largo de varios meses no es tan malo: en general, usted se beneficia de recurrir a un número diverso de cifras más de lo que pierde al sacrificar algunas de las más recientes, dice Armstrong.
Ha encontrado que esta técnica reduce los errores de pronóstico hasta 58%, una mejora sustancial respecto a los pronósticos individuales.
Al fin de cuentas, por supuesto, ningún enfoque puede hacer que todos los pronósticos den en el blanco. Al fallecido consultor de inversores, Peter Bernstein, le gustaba citar a G. K. Chesterton, el novelista y ensayista. "El problema verdadero con nuestro mundo no es que es un mundo no razonable, ni siquiera es que sea un mundo razonable. El más común tipo de problema es que es casi razonable pero no totalmente…. Parece un poco más matemático y regular de lo que es; su exactitud es obvia, pero su inexactitud está escondida; su salvajismo espera
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