30 noviembre 2010

Caixa Geral lanza un depósito referenciado al euribor

La entidad comercializa hasta el 23 de diciembre un depósito garantizado para dinero nuevo, con un mínimo de contratación de 1.000 euros.

El Depósito Euribor + tiene un plazo de 54 meses y ofrece un tipo de interés referenciado al euribor a 3 meses más un diferencial del 1%.

El producto ofrece ventanas de liquidez para rescatar el depósito anticipadamente sin intereses correspondientes al último trimestre devengado y no abonado, según explica Caixa Geral en una nota.

El depósito garantiza el 100% del capital inicial.
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El rescate de bancos

El rescate de bancos puede parecerse a llenar una bañera sin tapón. No funcionará si el agua sale con más rapidez de la que entra. Los bancos centrales han aprendido una y otra vez esta lección a lo largo de la historia, e Irlanda podría convertirse en otro caso más de estudio.

La vida de los bancos centrales se complica aún más cuando intentan a la vez rescatar a sus entidades y mantener sus objetivos respecto a los tipos de cambio. Este era el caso cuando estaba establecido el patrón oro. En 1890, Baring Brothers necesitaba una inyección de capital de 4 millones de libras de la época (471 millones de euros actuales) cuando el Banco de Inglaterra tenía reservas de menos de 11 millones de libras. Se rumoreaba sobre la anulación de la convertibilidad del oro, pero el país fue rescatado con préstamos de 4,5 millones de libras de entonces de Francia y Rusia.

En el período de entreguerras, la caída de Credit-Anstalt provocó problemas parecidos en Austria. En su papel de prestamista de último recurso, el Banco Central de Austria aumentó el suministro de dinero en un 20% prácticamente de la noche a la mañana. No obstante, lejos de restablecer la confianza, esto provocó pérdidas en otras entidades austriacas y en la moneda; el organismo central perdió más de un tercio de sus reservas de oro. Gracias a un mecanismo de rescate internacional, Austria recibió un préstamo de 15 millones de dólares, menos de la mitad que la pérdida en oro.

El ejemplo de Credit-Anstalt todavía sirve para el día de hoy. Los ahorradores austriacos estaban tomando una decisión racional cuando decidieron retirar sus ingresos. Temían que el Gobierno no fuese capaz de sostener al banco. O bien se le dejaba caer, o Austria perdería el acceso al oro, o ambas cosas. Era sensato colocar sus cuentas en un banco donde el sector bancario y las reservas de oro estuviesen más a salvo. Se ha debatido mucho la idea de que la eurozona sea una versión actualizada del patrón oro. Barry Eichengreen y Peter Temin defienden que los sistemas con tipos fijos de cambio “agravan los problemas cuando corren malos tiempos”, especialmente cuando los países con superávit insisten en que sus vecinos deficitarios soportan toda la carga de los ajustes.

La crisis financiera crea más paralelismos. El dinero necesario para tapar el agujero de los balances bancarios irlandeses sólo puede proceder de cuatro fuentes: las reservas de los bancos centrales, la impresión de moneda, los fondos de los contribuyentes y los préstamos extranjeros. El Gobierno de Irlanda dispone de reservas de divisas por valor de 1.400 millones de euros, lo cual no es suficiente. Tampoco, como miembro de la unidad monetaria, tiene el poder de crear euros. Por tanto, el Ejecutivo ha intentado aferrarse a la opción de los contribuyentes transfiriendo las deudas bancarias a sus cuentas. Pero sin duda ha llegado al límite de la disponibilidad de los acreedores a prestar dinero a una rentabilidad razonable, y puede que también haya agotado la voluntad de los contribuyentes para pagar las subsiguientes facturas.

Así que sólo queda la alternativa de los fondos extranjeros. Las entidades financieras irlandesas ya dependían de fondos del Banco Central Europeo (BCE). En cierto modo, el paquete de rescate está diseñado para trasladar esta ayuda del BCE al FMI y los gobiernos europeos. Pero los problemas cruciales siguen ahí. Se está hablando mucho sobre la posibilidad de que la compra del BCE de bonos griegos, por ejemplo, sólo haya facilitado que los ciudadanos helenos con poder adquisitivo trasladen su dinero a Chipre o Luxemburgo. Retirar el dinero de un sistema bancario débil para un juego de niños a ojos de los clientes. Dentro de la eurozona, no existe riesgo cambiario y los tipos de interés están fijados al mismo nivel en todo el continente. Que una empresa o una ONG mantenga tu dinero en un banco con problemas supone un riesgo tanto financiero como de imagen: tan sólo hay que recordar la lluvia de críticas que cayó sobre los municipios británicos que tenían fondos en los malogrados bancos de Islandia.

En efecto, la huida de pequeños bancos contribuyó a extender la crisis actual. El Banco de Irlanda anunció recientemente que había perdido depósitos por valor de 10.000 millones de euros en el tercer trimestre del año. David Owen, economista jefe para Europa del banco de inversión Jefferies International, afirma que los depósitos en entidades irlandesas de clientes no residentes en el país eran de cerca de 203.000 millones de euros en septiembre, una cifra mayor que los 166.000 millones en manos de residentes y que el PIB irlandés. En 2008, los clientes de fuera de la eurozona (incluidos muchos británicos atraídos por las garantías del Ejecutivo irlandés) poseían cuentas por un valor total de 179.000 millones de euros. Puede que estos clientes estén inquietos por los titulares que estos días alertan de la salud económica irlandesa y la posible quiebra del euro. Cuanto más tiempo pase sin que la crisis se arregle, mayor será la tentación para trasladar las cuentas bancarias.

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29 noviembre 2010

Compras de los gurús financieros

¿Les he dicho que Warren Buffett trabaja para mí? Es mi pasante. Realmente no hablo mucho con él. Pero una vez por trimestre me informa a través de la documentación que presenta a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) estadounidense, que me dice todas las acciones que ha analizado y luego, habiendo satisfecho su sed de encontrar acciones que le hagan ganar mucho dinero, me cuenta con cuáles realmente se quedó y compró. Es un muy buen empleado mío. No tengo que pagarle nada y frecuentemente puedo comprar las acciones que recomienda incluso a precios más bajos que cuando él las sugirió. También sé que le gustan las acciones a largo plazo así que no es que me recomiende comprarlas un día para venderlas al día siguiente. En palabras de los mensajes del tablón de anuncios de Yahoo, no es un tipo de los de "comprar y vender".

No es sólo Buffett el que está trabajando para mí, también lo hacen otros multimillonarios que piensan en el largo plazo, como Dan Loeb y Carl Icahn, que también son mis pasantes. No son tan malos. Dan un día me escribió y me pidió que lo llamara "Daniel". Después, casi me quita de su lista de amigos en Facebook. Pero está bien. No le guardo rencor. Todavía hace un buen trabajo.

Buffett es definitivamente optimista respecto a la flexibilización cuantitativa (QE2, por sus siglas en inglés). Esa es la razón por la que su mayor incorporación a su cartera han sido los 16 millones de acciones que compró en Wells Fargo que está a operando a menos de diez veces sus ganancias esperadas para el próximo año. Su única inversión nueva es Bank of New York Mellon, el banco más antiguo del país, del que compró algo más de un millón de acciones. Y además incrementó su posición en Johnson & Johnson.

Buffett es un inversor que toma más en cuenta elementos demográficos que de valor. Podemos discutir hasta aburrirnos sobre los pros y los contras de las acciones de las empresas de salud pero al final del día sabemos esto: 76 millones de integrantes de la generación del ‘baby boom’ se retirarán entre los próximos 10 y 20 años (los más mayores de este grupo acaban de cumplir los 65). El cuidado de la salud no es algo que podemos debatir. Es un hecho que su necesidad va a incrementarse. Johnson & Johnson es la empresa de productos para el cuidado de la salud más grande y Warren Buffett está aumentando su participación en ella en forma sostenida. ¿Quieren discutir con él?

El fondo de cobertura Third Point de Dan Loeb es uno de los más exitosos de la última década. Loeb probablemente esté ganando 1.000 millones de dólares al año con las comisiones que su fondo genera. Por lo que está eligiendo podemos ver que se está volviendo pesimista y que sus opciones son una buena diversificación con respecto a las de Buffett. Su principal nueva posición es Apple. ¿Y porqué no comprar Apple? Están sustituyendo (una sola compañía lo está haciendo) a las industrias discográfica, cinematográfica, telefónica e informática. El próximo año se venderán 50 millones de iPads y en cada iPad la gente comprará cientos de canciones, películas y decenas de aplicaciones. El iPad está controlando el sector informático.

Loeb también está comprando acciones de la firma de capital riesgo KRR, su forma de entrar por la puerta de atrás para comprar acciones en la industria del capital privado, que es la que más se beneficia de cualquier auge ya que pueden vender sus posiciones privadas. Y por último, tiene una nueva posición en una compañía de servicios de salud, Carefusión. La empresa fabrica varios equipos de monitoreo de pacientes y productos de cuidados respiratorios, dos áreas que se benefician sin duda del envejecimiento de la población. La compañía también ha pasado de negociarse de 35 veces sus ganancias de este año a 12 veces sus beneficios para el próximo año. Si continúa a este ritmo (que debería), podría subir un 200% de esos niveles. Otra nueva acción en su cartera es Potash. Al fin y al cabo, con el aumento de la población mundial, tenemos que alimentar a más gente, ¿no? Los productos de Potash están en creciente demanda, con más gente a la que alimentar.

Carl Icahn, por lo general un inversor activista, ha estado comprando acciones de una nueva posición, Mattel, el fabricante de Barbie, Polly Pocket y otros juguetes infantiles. Mattel ha anunciado recientemente que recomprará acciones e incrementará su dividendo, señales ambas de que considera positivo el año entrante. Si la economía se recupera, y el país se reconstruye, entonces probablemente la mejor apuesta que ha podido hacer Icahn es Commercial Metals, que recicla acero. Las acciones de Commercial Metals se negocian sólo a 7 veces las ganancias del próximo año.

Invertir es complicado. Para tener una ventaja hay que conocer a los presidentes ejecutivos, a los clientes, tener cierta idea de demografía, y entender cuándo los activos de una compañía son reales y representan un valor barato. En otras palabras, desde casa y por su cuenta, es demasiado difícil encontrar las compañías adecuadas. Por eso le permito que use el duro esfuerzo de mis tres pasantes: Warren Buffett, Danny Loeb y Carl Icahn. Estos tipos han trabajado muy bien para mí durante años, me han hecho ganar dinero, y no tengo que pagarles un céntavo. Ni usted tampoco.

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24 noviembre 2010

Los monopolios en la era de la información


¿Cómo de difícil sería pasar una semana sin usar Google? O, para elevar la apuesta, ¿sin Facebook , Skype, Twitter, Apple, eBay, Amazon y Google? No sería imposible, pero incluso para un usuario de Internet moderado sería una pesadilla.

Renunciar a Google y Amazon simplemente es inconveniente; renunciar a Facebook o Twitter significa dejar de lado categorías enteras de actividad. Para la mayoría de nosotros, evitar las firmas dominantes de Internet sería mucho más difícil que pasar por alto a Dunkin' Donuts, Carrefour u otras empresas que dominan algún rincón de lo que solía llamarse el mundo real.

Desde hace tiempo Internet se considera un modelo de lo que se supone que debería ser el mercado libre: la competencia en su forma más pura. ¿Por qué entonces se parece cada vez más a un tablero del Monopoly? La mayoría de los sectores más importantes hoy es controlada por una empresa dominante o un oligopolio. Google "es dueña" de las búsquedas; Facebook, de las redes sociales; eBay domina las subastas; Apple domina la entrega de contenido online; Amazon, el comercio minorista online, y así sucesivamente.

Aún quedan territorios que siguen siendo explotados por cualquiera, como la publicación digital. Pero los dominios de las principales empresas han disfrutado de fronteras sorpresivamente seguras durante los últimos cinco años. Bing, lanzado el año pasado por Microsoft, un gigante con 40.000 millones de dólares en efectivo disponibles, ha capturado apenas un 3,25% del volumen de búsquedas (Google retiene un 83%). De todos modos, nadie prevé que Google Buzz realmente invada el mercado de Facebook, o que Skype supere a Twitter. Aunque las incursiones fronterizas logran poner los pelos de punta a las firmas dominantes, en mayor medida han fracasado como emprendimientos de negocios.

El ascenso de la aplicación ('app', un programa que funciona en un móvil o en Facebook) parece desafiar el claro ordenamiento de funciones entre un puñado de firmas, pero incluso esta novedad es parte de una tendencia más general. Para mantenerse en el juego, todas las aplicaciones deben asegurarse un lugar en una plataforma de alguno de los monopolios y de esta forma fortalecen el dominio del mercado por parte del monopolizador.

Las actuales fronteras de Internet probablemente cambiarán en un futuro, en especial a medida que aparecen nuevos mercados. Pero es difícil evitar la conclusión de que vivimos en una edad de grandes monopolios de la información. ¿Es posible que el libre mercado de Internet derive en monopolios? Incluso, ¿es posible que la demanda, entre todas las cosas, reduzca el libre mercado online?

La historia de la información, al menos en Estados Unidos, sugiere que la respuesta a ambas preguntas es "sí". A largo plazo, la competencia ha sido la excepción y el monopolio la norma. Al margen de breves periodos de apertura creados por nuevas invenciones o escisiones ordenadas por las autoridades antimonopolio, cada medio, desde el telégrafo, a la larga ha resultado ser un ejemplo de monopolio. De hecho, muchas de esas firmas aún existen, aunque no sean tan poderosas como antes, incluidas AT&T, Paramount y NBC.

Las empresas de Internet se desarrollan de forma muy similar a las de cualquier otra industria que depende de una red: una sola firma puede dominar el mercado si el producto se vuelve más valioso para cada usuario a medida que aumenta la cantidad de clientes. Ese tipo de redes tienen una tendencia natural a crecer, y ese crecimiento lleva a un dominio.

De todos modos, en un mundo donde apenas dos bebidas de cola pueden pelear indefinidamente, ¿por qué hay tantos mercados de la información dominados por una sola empresa? La explicación parecería estar en la famosa preferencia de los usuarios por la conveniencia. Con las redes, el tamaño trae conveniencia.

A fines de los años noventa, había muchos motores de búsqueda que competían, como Lycos, AltaVista y Bigfoot. En la presente década, había muchos sitios de redes sociales, incluido Friendster. Fuimos nosotros, de forma colectiva, quienes convertimos a Google y Facebook en los dominantes. Los sitios más grandes eran más rápidos, mejores y más fáciles de usar, y los beneficios sólo crecían a medida que se unían más usuarios. Pero todas esas decisiones individuales de ingresar a la vez a los mismos sitios trajeron un resultado que en principio nadie deseaba: un mundo con menos opciones.

Este es un importante principio de la economía de la información: el poder en un mercado rara vez se captura y en cambio es entregado, y esa entrega nace menos de una decisión deliberada que de seguir la corriente.

Los monopolios de la información suelen pasar de buenos a muy buenos en el corto plazo y de malos a terribles en el largo plazo. Durante un tiempo, las firmas entregan una gran conveniencia, eficiencias poderosas e innovaciones sorprendentes. Por eso un monopolio joven se suele relacionar con la edad de oro de un medio.

Hoy, un motor de búsqueda ha hecho prácticamente la vida de todos más fácil y simple, de la misma forma que una sola red telefónica lo hizo hace 100 años en Estados Unidos. El lado negativo aparece más tarde, cuando el monopolio envejece y la voluntad de innovar es reemplazada por una simple voluntad de mantenerse en el poder.

Internet aún es relativamente joven, y seguimos en la edad dorada de estos monopolios. Quizás si estamos atentos, podemos prolongar la fase benigna de su dominio. Pero no simulemos que vivimos en otra cosa diferente a una edad de monopolios.

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Los gestores de fondos estrella

Los gestores de fondos estrella David Tepper y John Paulson redujeron sus participaciones en algunas grandes financieras en el tercer trimestre, y varios gestores de carteras invirtieron en Genzyme, candidata recibir una opa. Estas son sólo algunas de las revelaciones que pudieron conocerse en los informes 13-F trimestrales que hedge fund y fondos de inversión entregaron al Gobierno.

Tepper, cuyos fondos Appaloosa Management ganaron miles de millones apostando por la caída de los valores financieros en 2009, redujo sus inversiones en el sector del 66% al 50% entre el segundo y el tercer trimestre de este año, según los datos de InsiderScore.com. Vendió cerca de cinco millones de acciones de Bank of America de los 27 millones que poseía al final del segundo trimestre, y seis millones de títulos de Citigroup de los 58 millones que atesoraba entonces.

Paulson, cuyas apuestas contra el mercado hipotecario en 2007 hicieron ganar igualmente a su firma, Paulson & Co., miles de millones de dólares, se deshizo de cerca de 30 millones de sus 168 millones de acciones de Bank of America y de 83 millones de sus 507 millones de títulos de Citigroup durante el trimestre. Paulson también liquidó por completo su participación de 1,1 millones de acciones en Goldman Sachs.

“No sorprende que estos inversores reduzcan su exposición financiera porque la compraron muy barata. Las financieras vivieron su repunte un poco antes, y han quedado rezagadas últimamente”, explica Ben Silverman, responsable de investigación de InsiderScore.com.

Tepper invirtió dinero en compañías tecnológicas como Cisco y Hewlett-Packard, y en empresas de servicios sanitarios como Pfizer y Medtronic, mientras que Paulson compró acciones de Anadarko Petroleum y también gastó algo de dinero en el sector sanitario.

Entre las empresas favorecidas por Paulson estaba Genzyme. Esa compañía, objeto ahora de una oferta hostil de Sanofi-Aventis, atrajo igualmente la atención de Steven Cohen de SAC Capital, que adquirió más de cuatro millones de acciones.

No todos los grandes gestores de fondos abandonaron las financieras. Warren Buffett aumentó su participación en Wells Fargo, su segundo mayor valor por detrás de Coca-Cola, cerca de un 5%.

Buffett también efectuó una apuesta de 50 millones de dólares (36,4 millones de euros) sobre Bank of New York Mellon en el tercer trimestre, según los documentos de Berkshire Hathaway. Berkshire también liquidó sus posiciones en la empresa de tratamiento de residuos Republic Services y del grupo de servicios de custodia de documentos Iron Mountain.

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21 noviembre 2010

¿Seguro que hay más riesgo en los mercados emergentes que en los occidentales?

¿Nos hemos equivocado con los mercados emergentes? Cuando el dinero viaja a China, Brasil o a otros destinos del mundo emergente, los operadores lo llaman operaciones “en busca de riesgo”. Cuando los inversores se sienten cómodos asumiendo riesgos, los mercados emergentes se benefician. Cabe preguntarse si los países emergentes podrían ahora convertirse en un destino para los que buscan seguridad. Así lo creen los mercados de crédito. O se equivocan y el crédito de los países emergentes se encuentra en una burbuja incipiente, o necesitamos desprendernos de ideas preconcebidas.Los CDS ponen un número exacto al riesgo que el mercado asocia al impago de los distintos países.

Esto se expresa como el coste de asegurar la deuda de un país frente al impago en cinco años. Mientras en Reino Unido la cifra estaría en el 0,6%, en el caso de España, que atraviesa una crisis de confianza, el coste ascenderá al 2,56%. El mercado, por tanto, considera que el riesgo de impago de España es muy superior al de Reino Unido (aunque no cree que ninguno de los dos sea muy probable). Lo que resulta sorprendente es la comparativa del mercado del riesgo de los países emergentes. Asegurar la deuda frente a un posible impago de China cuesta lo mismo que en Reino Unido, un 0,6%. La lista de países que parecen ofrecer más confianza que Italia (con un 1,82%) incluye México, Brasil, Chile, Rusia e incluso Indonesia (con un 1,39%).

Esta valoración de los mercados emergentes ha cambiado completamente en los dos años siguientes al colapso de Lehman Brothers, que pareció sumir a sus economías en una crisis de deuda. Entonces, el coste de asegurar la deuda indonesia ascendía al 12,47%.

Por entonces, los mercados emergentes fueron víctimas de la búsqueda de inversiones en lugares que se consideraban más seguros. Los inversores salieron de estos países tan pronto como pudieron. En esta ocasión, a pesar de la incertidumbre que rodea a la deuda soberana de la eurozona, los inversores no están respondiendo vendiendo deuda de los mercados emergentes. Una burbuja parece ser la explicación más obvia. El capital internacional no puede creer que estos créditos son tan seguros; los bajos niveles de rentabilidad ponen de manifiesto que el dinero está moviéndose de forma irreflexiva.

Ante los bajos tipos de EEUU y los temores que circulan en torno a Europa, los inversores recurren a los mercados emergentes sin ningún tipo de cautela. Cabe preguntarse si son los mercados emergentes el mejor refugio. Esa cuestión me la planteó esta semana un gestor de fondos responsable de una importante cartera de deuda en mercados emergentes. Para él, el atractivo de países como Indonesia es la seguridad.¿Cómo puede defender esta teoría? En primer lugar, asegurando que el riesgo ahora mismo está concentrado en Europa Occidental y EEUU. Si esto provoca una fuerte devaluación del dólar o del euro, implica también una revalorización de las monedas del mundo emergente. Y, cuanto más fuertes estén sus divisas, más fácil les resultará a los mercados emergentes ofrecer deuda denominada en dólares.

Pero, según él, no se trata sólo de evitar a Occidente; los mercados emergentes ofrecen ventajas. Su sistema de bienestar no es costoso y es más fácil mantener en orden sus cuentas fiscales. Sus sectores financieros no están tan desarrollados y los bancos no cometieron excesos comparables a los de Europa Occidental y EEUU. El sector bancario irlandés creció demasiado, lo que impidió que su Gobierno pudiera acudir en su rescate sin consecuencias. Si de lo que se trata es de evitar estos riesgos, me dijo, lo ideal es colocar el dinero en lugares como Indonesia y Brasil. ¿Existe un límite para la aplicación de esta lógica? La crisis de 2008 sugiere que sí. Teniendo en cuenta el miedo, la vuelta al dólar, y el desplome de las divisas de los mercados emergentes, los impagos en estos mercados se evitaron por muy poco. Pero esta lógica podría perder su coherencia si es el dólar la víctima de la crisis. Entonces, el juicio relativo del mercado podría ser correcto.

Pero si se materializasen los peores escenarios posibles en EEUU y Europa, ¿sería posible que el riesgo de impago en países cuyas economías dependen de las exportaciones a estos países fuera tan bajo en términos absolutos como dice ahora el mercado? No cabe duda de que se trata de una burbuja; el exceso de dinero fluyendo hacia un espacio limitado termina traduciéndose en una infravaloración del riesgo. Mi amigo gestor de fondos tenía un argumento contra esto. La deuda de los mercados emergentes no está tan limitada como otras clases de activos. Los Gobiernos disponen de todo tipo de áreas en las que dar un uso útil al dinero. Si van a recibir fondos, solicitarán más préstamos que gastarán en proyectos de infraestructuras. Esto elevaría el riesgo de impago, y el mercado se ajustaría entonces en consecuencia.

Este argumento no da más de sí. En el mejor de los casos, los mercados están invitando a que se haga una mala inversión del capital, como suele suceder siempre que se facilita demasiado el acceso a capital. La barata deuda de los mercados emergentes es un motivo de verdadera preocupación –pero en términos relativos, es muy posible que el mercado tenga razón cuando dice que los países emergentes no representan ya mayor riesgo que EEUU y Europa occidental.



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18 noviembre 2010

¿Quiénes fueron los responsables de la crisis?

Cuatro altos ejecutivos de Wall Street se enfrentaban en enero de este año a las preguntas despiadadas de una comisión encargada de investigar las causas de la crisis financiera: hablamos de los consejeros delegados de Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Bank of America.

En aquel momento, se especuló con la posibilidad de que algunos de ellos se enfrentaran a penas de prisión. Los grupos financieros, las agencias de calificación crediticia, los reguladores y los inversores han sido objeto de las más duras críticas. Las cabezas de algunos altos banqueros han rodado y la regulación se ha endurecido. Pero, a pesar de la indignación pública y de las amenazas políticas, ha habido pocos procesos judiciales que hayan concluido con éxito. A primera vista, resulta extraño. La debacle del sistema financiero provocó la quiebra de muchas empresas y el consiguiente despido de sus trabajadores, muchos de los cuales, también han acabado perdiendo su vivienda. ¿Dónde están los culpables?

Esa es la pregunta que se hacen los investigadores del Departamento de Justicia de EEUU después de perder un caso contra dos gestoras de fondos de Bear Stearns y otro contra el responsable de la división que casi acabó con AIG. Si comparamos estos resultados con los de la Comisión del Mercado de Valores (SEC), la actividad de ésta ha sido frenética, en parte porque el organismo se jugaba su supervivencia, después de los fracasos anteriores a la crisis, por no hablar ya de Bernard Madoff.

No obstante, aunque la actuación de la SEC no está exenta de éxitos, hay quien se pregunta por qué nadie ha llamado a rendir cuentas a los mayores grupos financieros y a sus ejecutivos. La realidad es que las actuaciones judiciales derivadas de la crisis están siendo menos severas que los casos asociados a escándalos como los de Enron y WorldCom. La explicación reside, en parte, en que la indescifrable lista de productos tóxicos resulta demasiado complicada para los magistrados y los miembros de un jurado. Sin embargo, la complejidad no evitó que los fiscales de anteriores escándalos depuraran responsabilidades. La diferencia entre los casos del pasado y los más recientes es la naturaleza casi universal de los últimos.

Dado que la mayor parte de las empresas financieras, sus reguladores, agencias crediticias y medios de comunicación no consiguieron detectar la tormenta que se avecinaba, es más difícil demostrar que determinados individuos conspiraron para engañar o estafar a los inversores. Ése es el motivo por el que los casos que normalmente lleva la SEC, en los que se acusa a los ejecutivos de ocultar información a los accionistas para encubrir pérdidas o salvar su puesto de trabajo o su bonus, son tan escasos. Un prestigioso abogado lo explicaba así: “es probable que mi cliente lo haya hecho, pero no es precisamente el único. Todo el mundo lo hizo”. Cuando se les ha presionado, los ejecutivos de Wall Street han alegado desconocimiento. Así lo hizo Chuck Prince, ex consejero delegado de Citigroup, ante la comisión de investigación del Congreso de EEUU. “No nos dimos cuenta de lo que teníamos delante”, aseguró. El hecho de que él y el resto de ejecutivos recibieran jugosas remuneraciones precisamente para tener esa capacidad de previsión no es motivo suficiente para condenarlos.

Hasta ahora, todo parece indicar que la crisis que no estuvo precisamente exenta de víctimas podría terminar por no encontrar ningún responsable. Si la rueda de la justicia sigue girando a paso de tortuga, hasta la industria financiera saldrá perdiendo. La experiencia demuestra que las sentencias judiciales tienen efectos beneficiosos, no sólo para la ciudadanía, sino también para la comunidad de accionistas. Las inversiones en empresas energéticas no se congelaron después de conocerse el escándalo Enron. El caso Madoff tampoco ha acabado con el papel de los asesores financieros. La percepción de que se ha hecho justicia ayuda a la gente a pasar página. Éste no parece ser el caso que nos ocupa. Meses después de que terminara la crisis, el sector financiero sigue intentando limpiar su imagen ante una opinión pública enojada y el escepticismo de los reguladores.

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Provocaciones al banco central de India

Los bancos de India se han ganado el respeto por sus conservadores hábitos de crédito, pero una amenaza pasajera en la industria amenaza esa reputación.

Desde finales de 2008, los bancos ofrecen tentadores tipos sobre los préstamos hipotecarios. Fijos en bajos niveles durante dos o tres años, los tipos de interés finalmente suben y se igualan a las tasas del mercado. En State Bank of India, la mayor entidad crediticia del país, el tipo está en el 8%, no muy lejos del nivel por debajo del que el banco no puede conceder créditos a ningún prestatario, ya sea un particular o una empresa.

La práctica, legado de la crisis crediticia –durante la que Nueva Delhi instó a los bancos a adoptar este tipo de esquemas para mantener el funcionamiento del mercado inmobiliario–, se ha convertido recientemente en una fuente de tensiones con el banco central indio. Advirtiendo sobre las burbujas de activos y preocupado por la posibilidad de que los bancos se estén exponiendo a un mayor riesgo de impago, el Banco de la Reserva de India (RBI por sus siglas en inglés) quiere que las entidades pongan fin a la práctica. Según la agencia de ráting Crisil, estos créditos representan en la actualidad una cuarta parte de los 75.000 millones de dólares (55.239 millones de euros) en préstamos hipotecarios pendientes de pago.

El banco central restringió recientemente la cuantía de las hipotecas al 80% del valor de la vivienda, y también aumentó sustancialmente la suma que los bancos deben reservar frente a los créditos con bajos tipos para protegerlos frente a un impago hipotecario. Este incremento también debería restar rentabilidad a los préstamos, pero el RBI se resiste a dictar los tipos de interés para los créditos, por lo que siguen concediéndose.

La lucha por conseguir nuevos clientes es uno de los motivos de la resistencia de los bancos. Otro es que los bajos tipos son una forma de apostar por una subida de las tasas de interés en India; estos prestamos serán más rentables una vez que se ajusten.

Pero, según asegura el RBI, no se ha estudiado adecuadamente a los prestatarios, que tendrán problemas para pagar los créditos una vez que se ajusten los tipos. Las comparaciones con la crisis hipotecaria estadounidense resultan tentadoras, pero podrían ser prematuras: las hipotecas no son un gran negocio para muchos bancos, aunque muchos conceden excesivos préstamos a promotoras inmobiliarias.

Los riesgos deberían clarificarse pronto, a medida que los primeros créditos en concederse comiencen a ajustarse. Pero es una práctica que podría terminar antes de que surjan las evidencias de sus inconvenientes.


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16 noviembre 2010

Especulación de materias primas

Las cebollas son un ingrediente importante en la historia de la especulación con materias primas. En 1958, cuando los agricultores de EEUU protestaron contra los movimientos especulativos que provocaban fuertes oscilaciones en los precios, los contratos de futuros de cebollas quedaron prohibidos.

Ahora, ante el incremento de los precios del crudo, los metales y los cereales, los especuladores vuelven a situarse en el punto de mira. Tal es el desastre que, al parecer, habrían provocado, que Nicolas Sarkozy podría aprovechar la presidencia de Francia del G20 para impulsar una normativa que frene sus actividades.

En los últimos años, los inversores parecen haberse aficionado a las materias primas. Según Barclays Capital, actualmente se destinan unos 320.000 millones de dólares al comercio de estos productos frente a los 6.000 millones de dólares de hace sólo una década. Esa cantidad no incluye hedge funds, cuya contribución es significativa, pero difícil de calcular.

Las gestoras de fondos, que hace algunos años destinaban una mínima cantidad a las materias primas, dedican ahora un 5% de su liquidez a éstas. Las materias primas diversifican las inversiones: en teoría, las oscilaciones de los precios no están vinculadas a los bonos y a la renta variable. Actúan como refugio frente a la depreciación del papel moneda.

Y, desde 2005, cuando China empezó a importar grandes volúmenes de materias primas, éstas han sufrido un incremento importante. Mientras esta tendencia iba en aumento, también aumentaban las quejas sobre el daño derivado de los movimientos especulativos.

Los inversores fueron objeto de fuertes ataques en 2008, cuando los precios del petróleo y los alimentos sufrieron un importante incremento. No obstante, los beneficios que aportan los inversores, la liquidez y la información de los precios que alimentan la eficacia de los mercados, suelen pasar desapercibidos.

La explicación más convincente a las oscilaciones del precio de las materias primas es la oferta y la demanda. En 2008, cuando el mundo desarrollado todavía crecía, y los mercados emergentes experimentaban un boom, la demanda de crudo y alimentos se disparó. Los precios del trigo alcanzaron máximos en agosto tras las sequías y los incendios sufridos en Rusia, un importante suministrador.

El reciente repunte del precio del azúcar viene provocado por las malas cosechas, y, el del maíz, por las advertencias de las autoridades de que su cultivo no estará a la altura de las expectativas. Los inversores todavía representan una pequeña parte del mercado de commodities. El mercado de crudo global tiene un valor aproximado de 1,8 billones de dólares anuales, frente a los 320.000 millones de dólares que invierten las entidades en materias primas en conjunto.

Los mercados de commodities siempre han sido volátiles. Las cosechas dependen del tiempo, y los cambios a corto plazo en la demanda no favorecen las inversiones a largo plazo, necesarias para fomentar el suministro de metales y petróleo.

Según el último estudio de la OCDE, no hay diferencia en la volatilidad entre las materias primas agrícolas que cotizan en bolsa y las que no. Según Michael Widmer, de Bank of America Merrill Lynch, los metales que cotizan son menos volátiles que los que no están presentes en los mercados bursátiles. Eso podría explicarse porque las gestoras establecen límites a la proporción de activos que representan las commodities.

Normalmente, el aumento de los precios y los inventarios no deberían coincidir, ya que, cuando estos suben, los precios suelen bajar. El hecho de que los dos se incrementen a la vez, como ha ocurrido en el caso del cobre, llevó a pensar que los especuladores se dedicaban a comprar para acumular reservas del metal, aunque no hay pruebas de que sea así. Según Kevin Norrish, de Barclays Capital, la caída en picado de los precios en 2008, similar a la que se produjo durante la Depresión, (aunque en lugar de cinco años, ocurrió en cinco meses), se debió a una reacción exagerada. Cuando los compradores dieron por hecho que se aproximaba una recesión, no una depresión, los precios se recuperaron, coincidiendo con la subida de las acciones. Las fuertes subidas del cobre desde entonces han demostrado que las apuestas eran correctas.

Con cierta frecuencia, los especuladores suelen perder importantes sumas de dinero en las operaciones relacionadas con commodities antes de que su reputación se vea afectada por su supuesta implicación en las oscilaciones de los mercados. El colapso de algunas materias primas en 2008 azotó con fuerza a muchos hedge funds.

Dicho lo cual, una nueva versión de un instrumento financiero sería ir demasiado lejos. Los reguladores de EEUU están a punto de aprobar los fondos cotizados de cobre, un vehículo de inversión que se ha hecho muy popular. Varias entidades tienen previsto ofrecerlos a sus clientes. Con el tiempo podrían crearse fondos cotizados de otros metales. Casi todas las actividades que realizan ahora los inversores están relacionadas con los mercados de futuros. Parece que el objetivo de los nuevos fondos cotizados es sacar al cobre de un mercado ya de por sí ajustado, lo que situaría a inversores y consumidores industriales en competencia directa por las existencias. Aunque no todo el mundo cree que esto suponga un problema, podría provocar oscilaciones en los precios que harían que la disputa sobre las cebollas pareciera irrisoria.


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Economía.com: los indicadores macro de la red

Cada mes de noviembre de los últimos tres años PayPal, un servicio de pagos por Internet propiedad de eBay, ha publicado datos que muestran el volumen de actividad que maneja en lo que los minoristas denominan el 'Viernes Negro', el primer día después de la festividad de Acción de Gracias.

El objetivo es evaluar la fortaleza de la demanda de los consumidores el día que marca el comienzo de la temporada de compras vacacional. El 'Viernes Negro' del año pasado, la cifra total de pagos realizados a través del sistema de PayPal fue un 20% más alta que en la misma fecha de 2008, lo que sugería que la confianza de los consumidores en EEUU parecía más sólida. Los minoristas esperan que los datos se repitan este año.

PayPal es una más de la creciente lista de empresas de Internet que estudian los datos que reúnen para adivinar las tendencias en la economía estadounidense. El mes pasado Hal Varian, el economista jefe de Google, reveló que el buscador había desarrollado un “Índice de precios de Google”, basándose en los datos de compras por Internet que maneja –aunque todavía está por decidir si lo hará público–.

Mientras Google flirtea con la inflación, Intuit controla el empleo. La firma, que ofrece entre otros servicios de nómina y fiscales a pequeñas empresas, elabora un índice mensual de empleo de las pequeñas empresas basado en los datos de 59.000 de sus clientes.

Las firmas de la red consideran estos indicadores una especie de actividad suplementaria. Tayloe Stansbury, la responsable de tecnología de Intuit, explica que los datos recabados por la firma están dirigidos en su mayor parte a ayudar a sus clientes. Pero algunos políticos económicos prestan atención a las estadísticas de las firmas, por varios motivos.

El primero es la rapidez con la que se generan y tratan los datos. Ceridian, que gestiona los pagos efectuados por las empresas a través de la red o con tarjetas monedero, controla las compras de carburante de los camioneros en tiempo real. Junto con la UCLA Anderson School of Management, ha usado estos datos para crear un índice que mida lo que sucede con los transportes de productos por carretera en EEUU.

El último informe, publicado esta semana, mostraba que el índice había caído un 0,6% en octubre con respecto al mes anterior. Teniendo en cuenta que octubre normalmente es un mes con mucho movimiento para la industria de los camiones, los creadores del índice señalan que el descenso “hace sonar las alarmas” sobre el crecimiento en el cuarto trimestre.

Como las empresas de Internet reúnen los datos con rapidez, en ocasiones sus indicadores pueden identificar tendencias antes que las estadísticas oficiales. Tomemos el caso de Monster Worldwide, una compañía de empleo online que publica un índice con los puestos de trabajo colgados tanto en su portal como en otras páginas.

Este sufrió una fuerte caída en 2007 antes de que los datos oficiales mostrasen que el empleo en EEUU estaba descendiendo. Google ha asegurado que su buscador también puede ofrecer útiles señales de alerta temprana: está estudiando si las búsquedas de términos como “seguro por desempleo” son un buen medio de predecir futuros aumentos en el número de desempleados.

Un segundo motivo de que los indicadores de las firmas de la red estén ganando popularidad son los detallados datos que los respaldan. John Krainer, un economista del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, asegura que ha utilizado las estadísticas de Zillow, un portal inmobiliario, en su estudio debido a su “granulación”. El Índice Zillow del Valor de la Vivienda recurre a las tasaciones individuales del portal de 72 millones de viviendas en todo EEUU.

Algunos economistas advierten de que los datos de las firmas online presentan serias desventajas. El historial de muchos de los índices es corto, lo que implica que son de poco valor para los políticos interesados en las tendencias a largo plazo.

Y con frecuencia sólo miden las transacciones en Internet, lo que limita su atractivo. Ambos aspectos tienen cierto peso. Pero conforme aumente el porcentaje de la actividad económica que se traslade a la red, no cabe duda de que la idea de usar bits y bytes para predecir auges y crisis ganará atractivo.

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11 noviembre 2010

¿Suicidios por microcréditos?

Se suponía en que éste sería el año en el que los microcréditos indios alcanzarían la mayoría de edad, gracias a la salida a bolsa en agosto de SKS, la mayor institución de microcréditos del país (MFI, en sus siglas en inglés). Los optimistas esperaban una que una inyección de capital privado fomentara un mayor crecimiento de los préstamos a los ciudadanos más desfavorecidos de la India rural, 27 millones de los cuales ya son clientes de las microfinancieras.

Dos meses después, las MFT se preocupan de un aspecto más básico: su supervivencia. Las autoridades del estado de Andhra Pradesh (AP), donde se concentran buena parte de los microcréditos y donde SKS tiene su sede central, responsabilizan a los prestamistas de 57 suicidios. Se les acusa de haber impuesto prácticas coercitivas a los clientes que se quitaron la vida a fin de recuperar sus créditos. Las MFI niegan toda responsabilidad en el asunto.

Vikram Akula, fundador de SKS va más allá, asegurando que, aunque 17 de las 57 mujeres que se suicidaron eran clientes de SKS, ninguna estaba en una situación de morosidad, por lo que “no tendría sentido que hubieran sido víctimas de presión alguna”.

A pesar de esto, las autoridades estatales aprobaron el pasado 15 de octubre una orden ejecutiva imponiendo restricciones a las MFI. Aunque la orden no aludió al recorte de los tipos de interés, como muchos temían, el comunicado emitido posteriormente por un alto cargo no descarta esta posibilidad. De forma voluntaria, SKS ha recortado en dos puntos porcentuales los tipos de interés de los préstamos que concede en AP, donde cuenta con 2,2 millones de clientes.

Aunque unos tipos de interés entre el 20% y el 30% pueden parecer altos, también lo son los costes de recuperación y los créditos de las zonas rurales más remotas del país. Según Mary Ellen Iskenderian, del Banco Mundial de la Mujer, parece que el problema más acuciante será el exceso de endeudamiento, alimentado por el rápido crecimiento de un sector que no cuenta con oficinas de crédito formales.

Para intentar solventar esta situación, las grandes MFI de India han empezado a intercambiar información, y se han comprometido a no conceder créditos a una persona que ya disponga de otros préstamos, estableciendo además un límite al importe total de los créditos. No obstante, las entidades crediticias más pequeñas tienen menos escrúpulos. Es probable que esta crisis se acabe resolviendo. El Banco Central de India asegura que no intervendrá hasta que todos los aspectos hayan quedado claros.

Los principales bancos comerciales del país también emitieron un comunicado el pasado 1 de noviembre en el que aseguraban que continuarían concediendo préstamos a las MFI. Hasta ahora, la crisis parece limitarse al estado de AP, aunque es probable que los problemas de las MFI estén más arraigados. El crecimiento de las microfinanzas ha reducido la capacidad de los políticos locales para utilizar el crédito rural como herramienta de apoyo, lo que coloca a las MFI en el punto de mira.


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09 noviembre 2010

Por qué las empresas tecnológicas necesitan la disciplina que imponen los dividendos


Cuando Cisco anunció el mes pasado que comenzaría a pagar dividendos a sus accionistas, daba la sensación de que años de insistencia de Wall Street hubieran dado por fin resultado. La cesión a la gran disciplina financiera del pago regular de dividendos parecía apuntar a que otra empresa tecnológica adicta a acumular liquidez (en este caso 40.000 millones de dólares (28.495 millones de euros)) estaba creciendo.

¿Cómo ha reaccionado la bolsa desde entonces? Las acciones de Cisco se han comportado peor que el Nasdaq Composite.

Esta es la situación en el sector tecnológico. Los inversores ha acosado a las empresas durante la mayor parte de la década para que repartan más dinero y acepten el yugo del pago regular de dividendos. Poco bien les ha hecho.

El Anexo A de esta historia es Microsoft. Desde que anunciara por primera vez el pago de un dividendo a principios de 2003 –un hito que transformó la percepción de Wall Street sobre la compañía– su valor ha crecido un escaso 2%. El Nasdaq ha subido un 83% en el mismo período.

Las acciones de Oracle, que anunció su primer pago de dividendos a principios del año pasado en medio de una severa recesión, no fue capaz de mantener el ritmo del mercado, al menos hasta el repunte de los últimos meses. Los dividendos no son una fórmula mágica, pero podría haberse esperado una respuesta más agradecida.

No cabe duda de que las empresas tecnológicas destinan miles de millones de dólares a la recompra de acciones, así que los dividendos no deberían verse como algo aislado. Pero existen tres motivos razonables para comprometerse a efectuar un pago regular en líquido a los accionistas: las tecnológicas han fallado en todos ellos.

Uno es atraer a una nueva clase de inversor. Teniendo en cuenta que el rendimiento de la renta fija está en niveles extremadamente bajos, las empresas con un sólido y fiable flujo de caja están en posición de expandir su base accionarial. Sin embargo, incluso pese a subir su dividendo un 25% en septiembre, el rendimiento por dividendo de Microsoft es de sólo un 2,3%.

Tras rebajar el ráting de las acciones de la compañía el mes pasado, Goldman Sachs dijo que la empresa de software tendría que aumentar el rendimiento hasta en torno al 5% si realmente quería atraer a un nuevo grupo de inversores. Esto la situaría por encima de muchas grandes empresas de servicio público, y de la tabacalera Philip Morris –una comparación que Microsoft, a la que aún le gusta considerarse un grupo en crecimiento, no buscaría–.

La mayoría del resto de tecnológicas ofrecen rendimientos aún inferiores, situándose en el caso de Oracle y de Hewlett-Packard por debajo del 1%.

Un segundo motivo reseñable para el pago de dividendos es su uso como señal de valor. Los gestores pueden emplearlo para proyectar confianza en momentos difíciles, como hizo Oracle el año pasado. Pero si los pagos son mínimos, resulta difícil dar importancia al mensaje. HP ha mantenido el mismo dividendo desde 1998, en lo bueno y en lo malo.

Tercero, y tal vez lo más importante, los dividendos acentúan la disciplina financiera, sirviendo de recordatorio de que el dinero pertenece en última instancia a los accionistas. Si nos remontamos a 2003, Microsoft había caído en desgracia por los 10.000 millones de dólares de pérdidas que había sufrido a consecuencia de malas inversiones en empresas de cable y telecomunicaciones durante la burbuja. Bill Gates explicó a Financial Times que el error servía de “escarmiento”.

Desde entonces, Microsoft ha acumulado pérdidas combinadas similares de sus divisiones de Internet, videojuegos y software móvil. Es posible que algunas de estas divisiones den beneficios –el negocio de videojuegos al menos es rentable– pero, para Wall Street, el proceso difícilmente sea una señal de disciplina.

Detrás de todo esto reside una incómoda verdad para las empresas tecnológicas prósperas. En última instancia, la transición de grupo en crecimiento a lo que el mercado consideraría una apuesta de valor es dolorosa, y con frecuencia tarda varios años en completarse. A menudo, la decisión de pagar dividendos se toma en una fase temprana de esta transición. Esto explica por qué muchos empresarios tecnológicos se muestran instintivamente reacios a la idea: es como confesar su propia mortalidad.

Cisco es el último en enfrentarse a este dilema. Aún disfruta de envidiables márgenes superiores al 60% y de un crecimiento de dos dígitos. Pero también se enfrenta a un agresivo rival chino, Huawei, y ha optado por buscar el crecimiento en áreas donde los márgenes son mucho más estrechos –la electrónica de consumo y los servidores informáticos–.

Pero hay luz al final de este túnel, como sugiere el caso de IBM. Big Blue tiene poco que mostrar con respecto al crecimiento, pero ha encontrado un rentable nicho en la venta de software para el sector industrial, donde tiene importantes clientes. Después de rebajar su dividendo a principios de los años 90, IBM ha aumentado sus pagos durante los últimos 15 años, acelerando recientemente el ritmo. Los esquemas financieros a cinco años que elabora sobre Wall Street son un signo de disciplina fiscal. Durante gran parte de las dos últimas décadas, el sector tecnológico ha visto en IBM una advertencia de cómo las grandes compañías pueden perder su relevancia conforme evoluciona la tecnología. En el futuro, será cada vez con más claridad un modelo.

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03 noviembre 2010

Banca Cívica lanzará participaciones al 8,65%


Banca Cívica está a punto de realizar una emisión de participaciones preferentes para reforzar su ratio de capital. A la espera de que la CNMV dé luz verde a la operación, la entidad, resultante de la fusión entre Caja Navarra, Caja Burgos y CajaCanarias, planea comercializar este producto entre inversores minoristas a través de su red comercial.

Según confirmaron a EXPANSIÓN fuentes cercanas a la entidad, “la inversión mínima parte de 3.000 euros y las nuevas preferentes pagarán un cupón, como mínimo, del 8,65% anual durante los cuatro primeros ejercicios. A partir del quinto año, la remuneración se situará en torno a 6,74% sobre euribor”.

Aunque el regulador todavía no ha dado la aprobación definitiva al folleto de la emisión, las oficinas de las tres cajas que conforman Banca Cívica ya han comenzado a comercializarlo.

Uno de los ganchos que utilizan para atraer al cliente es un depósito al 5%, con vencimiento el 30 de diciembre de este año, cuyo importe se destinará, pasada esta fecha, a la adquisición de acciones preferentes.

La prevista emisión de preferentes de Banca Cívica sería la primera que se realizará en España de acuerdo a los nuevos requisitos de Basilea III, y que, por tanto, computarían como capital de primera categoría o Tier 1 en balance. Según la normativa, para ello es necesario que la entidad tenga “plena discrecionalidad” sobre el pago de los intereses de estos títulos. Actualmente, bancos y cajas tienen obligación de abonar el cupón siempre que existan beneficios suficientes y se cumplan determinadas exigencias de solvencia.

De acuerdo con la propuesta del Comité de Basilea, es previsible que las participaciones preferentes emitidas en el pasado vayan perdiendo atractivo para las entidades, en la medida en que, a partir de 2013, pierden importancia a la hora de computar en las ratio de solvencia. Esto motivaría que algunas entidades comiencen a amortizar su deuda de forma anticipada, recomprando participaciones, y, paralelamente, lancen nuevas emisiones de títulos, que sí formen parte de sus recursos básicos.

Ventajas
Debido al riesgo de estos títulos, la rentabilidad que ofrecen suele ser muy superior a la de cualquier producto que se comercializa entre particulares.

Los inconvenientes
Las preferentes son deuda perpetua, no vencen nunca. Cotizan en un mercado secundario, poco líquido, por lo que el precio de venta puede ser inferior al de compra. Pueden no pagar intereses, si la entidad lo considera oportuno.



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01 noviembre 2010

Bank of China el mayor banco del mundo entra en España


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Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), el mayor banco del mundo, con 18.000 sucursales y presencia en 106 países, ultima su entrada en España. Su objetivo es robar negocio a las entidades locales en la financiación de empresas e incluso hacerse un hueco entre los pequeños clientes y estudiar posibles adquisiciones, según indican directivos del grupo asiático.
La entidad espera obtener en las próximas semanas la autorización del Banco de España a su sucursal en Madrid, que desde el punto de vista societario dependerá de la filial que el banco chino tiene en Luxemburgo. El director del negocio en España va a ser Gang Liu, que procede de la filial luxemburguesa y que en estos momentos está buscando directivos españoles para completar un equipo de unas veinte personas para empezar a operar.
El grupo también prepara la apertura de oficinas en Amsterdam, Bruselas, Milán y París, que se unirán a las que ya tiene en Reino Unido, Alemania y la de Luxemburgo.
Jinlei Xu, director de ICBC en la City de Londres y pionero de la expansión europea del banco, explica en una entrevista con EXPANSIÓN los planes en el Viejo Continente de la entidad china, que tiene un valor bursátil de unos 270.000 millones de dólares (195.000 millones de euros).
“Nuestra estrategia no se limita simplemente a seguir a nuestros clientes chinos en Europa. Ése sería un error porque [la comunidad china] se trata de un mercado muy pequeño”, explica Jinlei Xu, que antes de llegar a Londres hace cinco años fue vicepresidente de la división internacional de ICBC. “Vemos una gran oportunidad de negocio en ayudar a las empresas europeas que quieren invertir en China. Ya trabajamos con las cinco mayores firmas de materias primas de Europa y con grandes compañías de otros sectores”.
Firmas españolas como Telefónica, BBVA y Gamesa, que tienen una significativa presencia y planes de negocio en China, figuran entre los objetivos potenciales de ICBC en el mercado de financiación corporativa. Dentro de esta estrategia, la filial británica del grupo chino jugará un papel relevante, por la gran presencia de empresas españolas en Reino Unido y el papel de la City londinense como centro financiero internacional.
“Esperamos ayudar desde Londres a la oficina de Madrid para conseguir clientes corporativos españoles”, indica Xu. Uno de los proyectos de ICBC es lanzar en Reino Unido su división de banca de inversión para asesorar las operaciones de los grandes clientes europeos.
ICBC no se conforma con el segmento de empresas. Además, indica Xu, la entidad va a “tantear el mercado minorista para ver el potencial de las sucursales del banco en Reino Unido y el resto de Europa”. En el caso británico, la entidad ha abierto dos sucursales en Londres, una en la City y otra en Chinatown, para atender a la comunidad china que vive en la ciudad. Pero el grupo está dispuesto a analizar una expansión más agresiva de la actividad minorista, que es el corazón de su negocio en China. Para ello, Jinlei Xu admite que podría ser necesaria la compra de activos, ante el escaso conocimiento de la marca ICBC en Europa.
“No descartamos por ahora realizar adquisiciones en Europa. Desde el punto de vista financiero, no debería ser muy complicado para ICBC [por los ingentes recursos que tiene]. El principal problema sería la gestión de los bancos adquiridos y el posible choque de culturas”, señala el jefe del grupo asiático en la City.
Gang Liu, que está en Madrid preparando el lanzamiento del negocio, prefiere no realizar comentarios públicos hasta obtener la licencia del Banco de España. El grupo ya ha alquilado una oficina.
El grupo quiere ser una sucursal en el país y no crear una filial El grupo ICBC tiene la mala experiencia de Reino Unido, donde la autoridad financiera (FSA, según sus siglas en inglés) no permitió a ICBC en 2003 la apertura de una sucursal en Londres dependiendo de la matriz china, modelo similar al planteado en España. Al final, el banco tuvo que establecer una subsidiaria británica, que debe tener su propio capital y liquidez.
Esa estructura societaria es ahora un problema para ICBC en Londres, porque las nuevas normas del sistema financiero en Reino Unido exigen un fuerte aumento de reservas y tesorería para afrontar potenciales crisis. “El nuevo régimen de liquidez es una pesadilla para pequeñas firmas como ICBC London [nombre de la subsidiaria]”, indica su director general. La entidad se ve obligada a buscar sus propias fuentes de financiación en el mercado o con depósitos de clientes, sin poder depender del grupo en China.
“Espero que el Gobierno británico comprenda que esos requerimientos para las pequeñas entidades pueden dañar la economía en el largo plazo”, señala Xu. Esta preocupación es similar a la manifestada recientemente por la filial británica de Santander, que considera que el aumento de liquidez limitará el flujo de crédito a las empresas.
En 2009, ICBC London tenía activos por valor de 1.216 millones de dólares, y logró un beneficio operativo de 19,6 millones de dólares.
Para los banqueros chinos, acostumbrados a la inmensidad del mercado de su país, la separación regulatoria de Europa es difícil de asumir. “Es difícil crear un negocio integrado en Europa por las diferentes regulaciones de los diferentes países”.

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